Bravo se ilustra en Barcelona

El 20 de agosto, Claudio Bravo sufre la lesión más grave de su carrera. El arquero del Manchester City y de la Selección se corta el tendón de Aquiles de la pierna izquierda, una de las dolencias más duras que puede enfrentar un futbolista. Su plazo estándar para la recuperación se estima en largos seis meses.

Cuatro días después del fatídico momento que vivió en el entrenamiento del equipo de Guardiola, ingresó a pabellón en el Hospital Quirón de Barcelona. En ese momento, comenzó una cuenta regresiva que suele hacerse eterna. Una espera que realiza en la Ciudad Condal, la misma en la que ganó la Champions, el Mundial de Clubes, dos ligas, dos Copa del Rey y una Supercopa. Hasta el presidente del equipo culé, Josep Bartomeu, le ofreció su apoyo a través de una nota que el portero agradeció en las redes sociales.

Hacía un tiempo que Bravo meditaba en qué ocupar el tiempo libre. La interrupción obligada de su carrera profundizó la inquietud. Pasado el ingrato momento, decidía saldar una vieja deuda: mientras estuvo en Colo Colo, el portero alcanzó a cursar los primeros semestres de Educación Física. Cuando fue transferido a la Real Sociedad, en el inicio de su carrera internacional, debió congelar los estudios, una faceta que siempre le atrajo.

Ahora retoma los libros. "Para mí es algo privado, que está fuera de mi ámbito laboral", se excusa amablemente Bravo ante las consulta de La Tercera, para evitar profundizar respecto de su nueva inquietud. Eso sí, confirma su regreso a la sala de clases. Va toda la semana, durante media jornada.

Bravo escogió la Unisport, una entidad con 20 años de experiencia y que se autodefine así: "Una escuela de negocios del sector deportivo. Aquí se mezclan gestión empresarial, deporte y mucha pasión". Cursa el máster en Coaching Deportivo Directivo y Psicología del Alto Rendimiento, un programa que contempla una carga de 600 horas y que persigue formar profesionales que incluso podrían responsabilizarse del área sicológica de un club o de su dirección institucional, procurando ser innovadores y estar preparados para convivir con la tecnología, según la descripción que publica a través de su sitio web. La institución declinó entregar información acerca de su connotado pupilo, pese a dos intentos formales de este diario.

Si aprueba la malla curricular, el bicampeón de América quedará habilitado para desempeñarse como coach profesional, consultor de desarrollo profesional o docente. O para desarrollar habilidades en el mismo sentido en sus proyectos, como el Uno Campus, que se aboca al desarrollo de clínicas deportivas y gestión de escuelas de fútbol y competencias. "Realizamos charlas motivacionales, coaching, capacitaciones a áreas de trabajo, organización de olimpiadas deportivas, ejercicios de trabajo en equipo, entre otras actividades", describe el canal de comunicación del emprendimiento de Bravo, quien perfectamente puede pasar a ser, con propiedad, uno de los especialistas que dicte tales conferencias.

El vilucano se ha mostrado como una persona de buenos hábitos de lectura, una cualidad fundamental en el desafío que emprende. A fines de agosto, en su cuenta de Instagram, publicó una imagen en la que aparece leyendo Open, las memorias del ex tenista estadounidense Andre Agassi, quizás buscando una motivación ante el complicado momento deportivo que atraviesa a partir del ejemplo del Kid de Las Vegas.

Ahora, más que la literatura deportiva, son los textos relativos a la sicología los que concentran mayormente su atención por estos días. La primera etapa de la maestría, que precisamente apunta a estudiantes vinculados a la actividad física y el deporte y a otros especializados en el estudio de la mente, está orientada a ese ámbito.

Los siguientes módulos estarán mayormente relacionados con la dirección de entidades deportivas, un ámbito en el que Bravo pretende aprovechar la experiencia que acumula en su carrera.