Brian Fernández sigue lidiando contra el problema que ha marcado su vida: la adicción a las drogas. Esta semana, provocó un susto mayúsculo. En Colón de Santa Fe, el club al que pertenece, nadie supo de su paradero por un par de días. Este lunes, para peor, se revelaron imágenes de su auto abandonado en una intersección de la ciudad. Recién en la jornada del martes, Araceli Fessia, su pareja, salió a aportar algo de calma, mezclando su testimonio con el momento angustioso que viven como núcleo. “Él no estaba desaparecido, si algún día pasa, yo voy a informarle a los profesionales y la policía”, puntualizó. No estuvo desaparecido, sí en unos días malos. Junto con los profesionales no le perdimos el rastro”, insistió, enfatizando en la idea de una preocupación y un seguimiento constantes. El que justifican los fantasmas que persiguen al talentoso futbolista.

En Chile, el recuerdo de sus condiciones está aún fresco. Su paso por Unión La Calera fue deslumbrante. Había llegado al fútbol chileno después de un período de rehabilitación. Sus condiciones estaban intactas y lo demostró en cada uno de los partidos que disputó. Las estadísticas son concluyentes: en 12 partidos, marcó 11 goles y aportó cuatro asistencias. Había renacido en pastos nacionales y tardó poco en dar un nuevo salto. Concluido su paso por la escuadra de la región de Valparaíso, pasó al Necaxa, de México.

Llamado de auxilio

En La Calera el recuerdo de sus jornadas gloriosas se alterna con el llamado de auxilio a un futbolista de condiciones tan excepcionales como inagotables. Quienes compartieron con él están perfectamente enterados de lo que acontece en Argentina. Hasta de la molestia de Néstor Gorosito, el técnico de los sabaleros, por su desaparición. “Lo que pasa es que Brian está enfermo. Es totalmente entendible lo de Gorosito, que tiene que ganar el fin de semana. Tiene que estar pendiente de 30 jugadores y de sacar resultados. Gorosito había sido claro con él”, sostiene Víctor Rivero, el técnico calerano en la campaña en la que Fernández se convirtió en uno de los jugadores más destacados del fútbol nacional.

El estratega sostiene que Fernández no tuvo inconvenientes en su paso por Chile. “No tuvo ningún problema de disciplina. Por eso fue el mejor jugador del campeonato. Venía de un centro de rehabilitación, donde estuvo por más de año. Acá no tuvo ningún inconveniente”, asegura.

Brian Fernández, en su paso por La Calera (Foto: Agenciauno)

En Chile, Fernández se encontró con varios compañeros que había tenido en Argentina. Rivero considera que ese factor fue clave para su buen comportamiento. De hecho, sin proponérselo, se generó un dispositivo que permitía tener al atacante perfectamente alineado. “Él tenía una red de contención importante con Mariano Barbieri, Gabriel Arias y Pablo Alvarado, que los conocía de Defensa y Justicia”, recuerda.

Inconscientemente, de hecho, se produjo una definición de roles. “Arias era su papá; Alvarado, el hermano mayor y Barbieri, el amigo. Con el tiempo, trajo a su novia, que estaba embarazada. No tuvimos nunca un problema”, explica. Ese apoyo iba de la mano, también, de la certeza del aporte que podría significar Fernández en plenitud de condiciones. “Ellos lo conocían de su paso por Defensa y Justicia. Sabíamos que si lo enfocábamos, podíamos pelear el título. Lo mantuvieron contenido”, profundiza.

Deslices

Rivero admite que la situación por la que atraviesa su expupilo le inquieta. “Siento mucha pena. Lo conocí a fondo en estos seis meses, que fueron muy intensos. Es una persona muy espontánea, de piel, muy humilde. Lo pueden decir los hinchas, a quienes les daba siempre un minuto. Tiene talento para jugar en Europa. No se puede perder un jugador así”, insiste.

La versión del entrenador, eso sí, contrasta con la que ofrecen otros miembros del club en la época, que aseguran que, igualmente, Fernández protagonizó algunos deslices. Que a veces desaparecía de las prácticas. En ese escenario, al margen de la preocupación que mostraban Arias, Barbieri y Alvarado, sus compañeros más cercanos, el club le asignó al gerente Martín Iribarne la misión de mantenerse cerca del jugador. El entonces funcionario calerano es es un hombre de confianza de Christian Bragarnick quien, a su vez, es quien mayor interés ha mostrado por Fernández en todos sus procesos en su rol de representante. Lo reconoció Araceli Fessia, la pareja del futbolista, en el angustioso testimonio que ofreció al programa Cómo te va, de DSports Radio, en Argentina.

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