Brooks Koepka retiene el título del US Open

En 1989 el US Open se jugaba en Nueva York, en Oak Hill, y Curtis Strange celebraba apenas el sexto bicampeonato en la historia del torneo. Nunca más pasó, hasta hoy, que el mismo Curtis encabezaba las transmisiones de la televisión y fue el primero en saludar a Brooks Koepka, su sucesor como defensor del título de este major, también en Nueva York.

La última ronda del US Open tuvo un temprano protagonista, el inglés Tommy Fleetwood, quien por la mañana sellaba una ronda récord para Shinnecock Hills: 63 golpes, que pudieron ser 62 (que nunca se ha hecho en este certamen) si no hubiera fallado un putt corto en el hoyo 18. Antes había acertado otros larguísimos y daba cátedra de juego corto.

Así, las horas cruciales de la ronda final se resumían en "cazar a Fleetwood". Quien mejor pudo hacer esa labor fue Koepka, que en el hoyo 16, en un acercamiento imposible, dejó la pelota a un metro para birdie.

Sucumbían poco a poco Dustin Johnson, el favorito desde el viernes, Tony Finau y cualquiera que osara acercarse a la punta.

Koepka ha ganado dos US Open y poco más. Aunque es norteamericano, hizo carrera en Europa, donde ganó cuatro torneos del Challenge Tour. Ya con buen ranking volvió a su país para integrarse al PGA Tour, donde suma una sola corona además de los abiertos estadounidenses.

El monarca no era favorito ayer. Strange le preguntó cómo se sobrepuso de los 75 golpes del primer día. "Seguí adelante. Siempre pensé que podía tener una posibilidad, nunca creí que estuviera afuera, seguí peleando, luego, las condiciones se pusieron mejor y las aproveché", enseñó el campeón.

Ni tan mejor. Él y, obviamente, el resto de los competidores terminó el certamen con golpes sobre el par de Shinnecock Hills, tal vez, el gran ganador del US Open 2018.