Bruno “Rayo” Aravena: el chileno prodigio apadrinado por Ralf Schumacher
Con apenas 11 años, es uno de los pilotos de karting más prometedores del país. Ayudado por el alemán, ahora tiene la gran chance de irse a Europa para dar el gran salto junto al ex entrenador de Max Verstappen.
Bruno “Rayo” Aravena (30 de agosto, 2010) solo piensa en los autos. Es una pasión que tiene desde pequeño y que incluso no recuerda con exactitud cuando comenzó. Con apenas un año, vio la película “Cars” y el flechazo fue total. Una conexión única que, sin saberlo, marcaría gran parte de su infancia, y que probablemente, lo acompañará toda su vida. Con dos años andaba en reversa en un auto eléctrico del Rayo McQueen que le regalaron. Con seis, aprendió a manejar el sedán de su papá. Con ocho, se subió por primera vez a un karting de arriendo y ahora, con 11, es la gran promesa del automovilismo chileno.
Siendo un niño ha marcado hitos impensados para la mayoría de las personas y es que, recién cursando sexto básico, ha sido campeón nacional de karting en la categoría micro, ha disputado torneos panamericanos y es el único sudamericano auspiciado por Ralf Schumacher, expiloto de Fórmula Uno y hermano de Michael, la mayor estrella que conoce el automovilismo.
Una historia que podría seguir creciendo, ya que, hace menos de una semana, su papá recibió una noticia impactante: Cash Van Belle, gerente del equipo italiano IPK y antiguo entrenador de kartings de Max Verstappen, George Russell y Alex Albon, quiere que Bruno vaya a Italia a sumarse a su equipo y que compita en fechas del Mundial. Un sueño, pero que todavía no pueden concretar.
Y es que hasta ahora solo han encontrado un auspiciador: Ralf Schumacher. El alemán les ha entregado dos autos de karting y múltiples piezas (incluso, algunas que todavía no salen al mercado), siendo la única persona que ha apostado por un proyecto que parece destinado a hacer historia. La unión entre el germano y Bruno comenzó en 2019, incluso antes de que lograra el campeonato en la categoría micro.
“Rayito” llevaba solo unos meses corriendo y tras varias reuniones por videollamadas, Ralf se decidió para que el chileno fuese el único piloto latinoamericano que corriera con sus kartings. “Conocimos a un Schumacher que tiene un lado humano excepcional. Nos dice que lo que le gusta de Bruno es que, más allá de los resultados, tiene disciplina. Gracias a los softwares de los torneos nacionales pudo ver que iba de menos a más, que era bueno, pero que no tenía ninguna bandera amarilla, ninguna sanción, que nunca había tenido un problema con otro chico. Eso lo conquistó, el método, que entrenaba tres veces a la semana, que tenía buenos promedios en el colegio, que se ganaba los diplomas por dedicación. Ellos buscaban el corazón que tiene Bruno”, comenta Álvaro Aravena, su papá y gran compañero en esta aventura.
Una relación que elevó la confianza del “Rayo” y que también lo hizo mirar siempre hacia adelante. “Lo veo como un apoyo que me anima a después estar corriendo en su equipo en Europa”, comenta desde su habitación. Vestido con una polera roja que muestra todos los campeonatos mundiales de Schumacher y con un póster gigante del Rayo McQueen en una de sus paredes, el joven piloto tiene una sonrisa infantil e inocente, pero una mentalidad de ganador.
“Mi gran marca es lo que hace a los campeones: la disciplina, que aunque ya no pueda más, me esfuerce. Cuando me dicen hace diez planchas, hago once, siempre hago una más. Para mí eso es lo que diferencia a un piloto de otro, el no rendirse, el seguir intentándolo”, dice con total naturalidad. Un método que lleva siempre a la práctica.
El gran ejemplo de aquello es la decisión que tomó en 2020 tras ser campeón en la categoría micro. Pese a que por edad todavía podía seguir corriendo ahí, optó por subir a mini y transformarse en el piloto más pequeño de la grilla. El porqué lo cuenta su padre, con orgullo: “Me dijo que como en la película Cars ganar es una copa, pero no significa aprender. También me dijo que a Ralf no le importaban las copas, sino que él aprendiera y que si se quedaba en micro no iba a tener desafíos. Quería subir para que le costara, quería correr con un motor más grande y en donde tuviera que mejorar”, comenta.
De tú a tú con los mejores
Pero la vida de Rayo no solo tiene el apoyo del germano. Acá en Chile también ha encontrado un grupo de pilotos y personajes que lo están guiando en su explosiva carrera. Son estrellas, ganadores del Dakar, campeones mundiales, pero por sobre todo personas que ya han vivido su historia.
Uno de los nombres más emblemáticos que aparecen en esa lista es el de Pedro Heller. El corredor del equipo Joker Rally Team es uno de los impulsores de PH Academy Rally, la primera academia de la especialidad en el continente. Una que está enfocada en pilotos mayores de edad, pero que entre sus 200 participantes tiene a Bruno. ¿Cómo llegó? Es otra prueba de su determinación.
“Bruno tenía nueve años y postuló con un vídeo de 20 segundos, diciendo quién era. De ahí pasó a una entrevista masiva en la que había 600 candidatos y en donde tenía que demostrar sus habilidades en un simulador de rally. Ahí pasó algo increíble y es que Bruno no llegaba a los pedales y algunas personas le dijeron que no iba a poder seguir. Él, en cambio, no hizo caso y fue corriendo a buscar unos cojines. Lo hizo genial y en la mitad de la simulación se bajó Pedro y empezó a hacerle una navegación. Quedó muy impactado: dijo que Bruno era un fuera de serie”, recuerda Álvaro.
Aquello provocó que la academia le abriera un cupo especial, permitiéndole la chance de aprender reglamentos, mentalidad y temas de navegación. Aunque esto último ya lo maneja, ya que durante el año pasado Sebastián Vera le regaló una beca para hacer un curso de navegante. Al aprobarlo, Bruno se transformó en el primer niño que con 10 años tenía el curso de navegante de rally.
Lo más increíble es que la PH Academy también le abrió otras puertas. Allí su padre pudo conocer la estructura que necesita un piloto profesional y “Rayito” tener la chance de compartir con sus ídolos.
A través de la academia, conoció dos instituciones que le han cambiado la rutina a su hijo. La primera es P1Training, en donde entrena con Francisco “Chaleco” López, Ignacio Casale y Tomás De Gavardo. La otra es el Centro de Entrenamiento Neuropsicológico, donde prepara su mente para el alto rendimiento y en donde está bajo la tutela de Eugenio Lizama, psicólogo de deportistas reconocidos mundialmente como Guillermo “Mito” Pereira, Esteban Gutiérrez (piloto de desarrollo de Mercedes en Fórmula 1) y los motociclistas, campeones mundiales, Andrea Dovizioso y Álvaro Bautista. “Él no dimensiona que está en un ambiente apoteósico para cualquier deportista”, confiesa el padre de Bruno.
La invitación a Italia
Hace una semana, Álvaro se despertó con un mensaje desde el otro lado del mundo. Era uno de los trabajadores del equipo de Ralf Schumacher. Allí, le explicaba que tenía que llamar inmediatamente al gerente de IPK, fábrica donde construyen los kartings de Bruno y uno de los equipos más potentes del viejo continente.
El personaje en cuestión es Cash Van Belle, un belga que hace 17 años vive en Italia dedicado al mundo del karting y que ha tenido la oportunidad de entrenar a dos estrellas de la Fórmula 1 actual: Max Verstappen y George Russell. “Nos dicen que Brunito tiene toda la madera para llegar a lo más alto del automovilismo, pero que, si se queda acá y sale cinco veces campeón, en Europa no va a existir. Nos dijeron que ellos necesitan entrenarlo y que compita en las fechas del campeonato Mundial. Por él, ojalá que se vaya a vivir allá”, cuenta el padre de la promesa nacional.
Una invitación que busca, en el corto plazo, que el joven chileno pueda participar en el comienzo del campeonato italiano de karting y en algunas fechas del ranking mundial en la categoría OK Junior, que es hasta los 15 años. A largo plazo, el objetivo es mucho mayor. En el círculo de Bruno creen que este viaje puede servir para que alguna de las dos academias mundiales (Ferrari y Mercedes Junior Team) se puedan fijar en “Rayito”, ya que los pilotos de estas edades son los que suelen ser parte de los programas de desarrollo.
Eso sí, el presente complica al proyecto de los Aravena. Actualmente, no tienen el apoyo monetario para poder realizar un viaje así. El sueño puede verse truncado por un motivo económico. Es por eso que han comenzado a buscar opciones para conseguir financiamiento, siendo la primera de ellas “Maniáticos”, una organización en donde Ignacio Casale, Pablo Quintanilla y Sebastián Álvarez ayudan a jóvenes deportistas a lograr difusión y reconocimiento, en una acción que, si bien no entrega recursos monetarios, sí genera una especie de apadrinamiento a futuras promesas.
Todo aquello ayuda a que Bruno pueda cumplir su sueño. Para él, correr es un acto catártico, en donde se siente libre y poderoso. “Mi amor por los autos viene porque ahí puedo hacer lo que me encanta. Cuando estoy en la grilla, lo primero que pienso es que me tengo que divertir, pasarlo bien y me calmo. Calmo la ansiedad que tengo y la vuelvo en un apoyo para la carrera”, confiesa.
Y lanza un mensaje de entusiasmo por su posible viaje a Italia: “Tengo demasiadas ganas de poder estar allá. Desde que nos informaron que estaba la posibilidad, estamos demasiado felices”.
La ilusión de conocer el Viejo Continente y correr en las mejores pistas viene desde hace años, ya que, cuando comenzó el convenio con Schumacher, estuvieron cerca de ir a Kerpen a correr, en la pista donde Michael y Sebastian Vettel dieron sus primeros pasos.
La pandemia bloqueó eso, pero el tiempo le trajo un premio mayor. Ahora no solo será un viaje a conocer y correr. Sus logros e historia, le dieron la chance de poder entrenar con un mito del karting mundial. Todo se verá en los próximos meses. Los Aravena no pierden la ilusión y ya imaginan a Bruno sobre su karting, corriendo contra los mejores pilotos del planeta.
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