Xavi Hernández fue el entrenador del Barcelona hasta la temporada pasada. El exmediocampista, campeón del mundo con la selección española en 2010, no consiguió el nivel que se esperaba de su escuadra en la Champions League, por lo que la dirigencia blaugrana decidió terminar la relación. No fue una decisión fácil: es reconocido como uno de los símbolos del club blaugrana.

Tras su despido, el icónico volante optó por mantenerse en silencio. Como entrenador del cuadro catalán consiguió dos títulos: LaLiga 22/23 y la Supercopa del mismo año. En conversación con France Football mencionó que no tendría problemas en entrenar a otra escuadra del país ibérico. “No tengo nada fijado, estoy abierto a escuchar ofertas. ¿Por qué no entrenar a otro equipo de La Liga? Busco un proyecto ilusionante, tengo la ambición de ganar trofeos“, apuntó.

El catalán no tuvo los resultados que esperaba en el contexto europeo en su vuelta al Barcelona. Foto: REUTERS/Marcelo Del Pozo.

Sobre su experiencia como entrenador del Barcelona, Xavi declara que en ocasiones sentía que su fanatismo por el cuadro de la Ciudad Condal le jugaba una mala pasada, en medio de un momento institucional bastante turbulento. ”El club se encontraba en una de las peores situaciones de su historia, incluso peor que a principios de los 2000. Las expectativas eran muy altas en comparación con mi historia como entrenador. Mi profundo apego al Barça a veces no me hacía ningún favor. Quizás a veces era demasiado sentimental, pero fue un verdadero aprendizaje“, reveló.

Sus conclusiones tras su paso por la dirección técnica

El exmediocampista sostiene que su primer año y medio al mando de los culés fue muy bueno, pero que la segunda mitad del periodo que estuvo como DT no resultó como esperaba. Los resultados y las salidas de personajes influyentes en el club como Jordi Cruyff y Mateu Alemany complicaron un poco más las cosas.

De igual manera, reveló que su regreso a Barcelona en condición de estratega fue una decisión que se cocinó a fuego lento, pues lo intentaron fichar en anteriores oportunidades, pero prefirió abstenerse. “El Barça ya había venido a buscarme dos veces antes de Laporta, pero todavía no me sentía preparado. Por eso estuve dos temporadas y media en Al Sadd en las que pude entrenar, probar cosas y ganar títulos”, complementó.

Acerca de su salida, revela que, en primera instancia quiso renunciar. Lo convencieron de que esperara al fin de la temporada y al paso de un tiempo, increíblemente, lo despidieron. Pese a que el término del contrato no fue el esperado, el mediocampista no desconoce su amor por el club. “Nunca olvidaré ese día en el que mi abuelo invitó a toda mi familia al Camp Nou para ver un Joan Gamper. El Barça es mucho más que fútbol, es casi una religión”, sentenció.

Por último, señaló que en la actualidad disfruta de ver el fútbol de clubes como Liverpool o Bayern Múnich, puesto que le gusta el trato con el balón que tienen los equipos de Arne Slot y Vincent Kompany respectivamente. “Quiero que mis jugadores se diviertan, desarrollen un fútbol atractivo para la afición y ganen títulos”, afirmó Xavi, a modo de declaración de principios.

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