“Cachivache de pacotilla”: ministro de seguridad de Argentina dispara contra Chiqui Tapia por el caos en la multitudinaria celebración en Buenos Aires

Los campeones del mundo tenían pensado recorrer los principales puntos del centro porteño para celebrar el título obtenido en Qatar, pero las dimensiones de los festejos los hizo terminar de imprevisto y sobrevolar el Obelisco en helicóptero. Aquí un repaso por los principales episodios que marcaron la jornada. Ya se hablan de dos personas fallecidas, 31 heridos y varios policías y bomberos lesionados.



Las calles de Buenos Aires recibieron a más del 10% de la población de Argentina este martes. Fue una jornada iconica para la ciudad porteña, en donde las masas salieron desde la madrugada a recibir a los campeones del mundo. Las grandes avenidas y autopistas pasaron a ser paseos peatonales, mientras que los principales puntos neurálgicos, parecían cercos de humanos vistos desde las alturas. Las dimensiones de la reunión y la emoción de los presentes provocaron el descontrol y colapso en una actividad que impactó no solo a jugadores, sino que al planeta entero. Los cinco millones de hinchas que invadieron la capital vecina son ahora la mayor movilización de gente en la historia del país.

Producto de ese éxtasis y del desborde por la falta de seguridad, el recorrido de Messi y compañía sufrió cambios y tuvo que terminar con una salida en helicóptero al más puro estilo Hollywood. Arrancaron desde el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) con dirección al Obelisco a las 11:45 de la mañana, pero luego de tres horas y media, y habiendo solo avanzado 12 kilómetros, decidieron por poner fin a la expedición. Se desviaron de golpe de la Avenida Ricchieri y entraron a la Escuela de Cadetes de Policía Federal para tomar tres helicópteros que los llevaron por un sobrevuelo a la ciudad de la furia.

Fue de hecho ese el único momento en donde los jugadores pudieron estar cerca del centro de la ciudad, ya que su escape se produjo cuando aún iban por la autopista sur. Una decisión que generó malestar en la gente de la AFA, pero que era inevitable. Todas las calles cercanas al Obelisco y la Casa Rosada estaban tomadas por los hinchas, y el bus que llevaba a los campeones, cada vez estaba más cerca de ser invadido por personas que esperaban sobre los puentes.

Una realidad que era palpable desde muy temprano en Buenos Aires. Nada más había que retroceder hasta las 4 de la mañana del martes recién pasado. Fue a esa hora que el vuelo AR1915 de Aerolíneas Argentinas aterrizó sobre el asfalto de la pista del Aeropuerto de Ezeiza y desató la primera postal de locura. Fuegos de artificio, cotillón, una alfombra roja y cientos de miles de hinchas que esperaron a los jugadores a las afueras del recinto.

Todo aquello provocó que los jugadores se demorarán más de una hora en llegar al predio de la AFA, en donde descansarían un par de horas para luego partir a la ciudad. La distancia entre los dos lugares es de apenas cuatro kilómetros y si no hay tráfico, el tiempo de traslado en auto es de solo cinco minutos.

Messi, el rostro principal

Si hay alguien que acaparó la atención de la jornada fue Lionel Messi. La pulga llegó a Argentina en modo leyenda y todos seguían con atención cada gesto o paso del mejor jugador de Qatar 2022. Fue el primero en salir del avión que trajo la Copa del Mundo y el líder arriba de un bus en donde quedó ubicado en un puesto estratégico. Tanto en la llegada durante la madrugada, como en la actividad a lo largo del día, el 10 de Argentina estuvo en la parte trasera del transporte, siempre acompañado de sus escuderos Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Ángel Di María y Nicolás Otamendi.

Protagonistas totales, tanto como cuando tuvieron que esquivar los cables de luz a las afueras del aeropuerto, como cuando fueron sorprendidos tomando un “viajero” para capear el fuerte sol que pegó en Buenos Aires (más de 30 grados en su momento) durante la tarde del martes.

Durante las casi cuatro horas que duró el fallido recorrido al Obelisco, el delantero del PSG estuvo sonriente y amable. Ofreció la Copa en reiteradas ocasiones y recibió también regalos llamativos, como una máscara de las tortugas ninjas, que hacía referencia a la similitud de Mbappé con el personaje. A diferencia del “Dibu” Martínez, quien se hizo viral por celebrar con un muñeco de guagua con la cara del francés, “Leo” se rio al ver la máscara y la tiró de vuelta, evitando un plano comprometedor con el que es su compañero en París.

Fue también espectador principal del suceso que comenzó a marcar el fin de los festejos: el doble intento por saltar al bus que llevaba a los futbolistas trasandinos, luego de que pasaran por debajo de un puente.

Por qué se acabó todo y el no de la selección a la Casa Rosada

A estas alturas es una secuencia conocida por todos. El bus de la selección argentina pasa por debajo de un puente, mientras dos hinchas se perfilan listos para saltar sobre él. El primero cae frente a Messi y compañía, siendo reducido al instante por un guardia de seguridad. El segundo en cambio, duda unos segundos y cuando se lanza es demasiado tarde. Choca con la parte trasera del transporte y cae al cemento de la calle.

La situación duró unos segundos, pero fue demasiado grave para los organismos de seguridad de la región. Aquel intento de acercarse a los jugadores provocó que todo se interrumpiera y que el trayecto se cortara antes de siquiera entrar a la Avenida General Paz.

La noticia fue confirmada a las 2:53 PM por Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de la AFA. “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, escribió en su Twitter.

La respuesta del gobierno transandino no demoró en llegar. El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, apuntó contra el presidente de la AFA, Chiqui Tapia. “Él no planificó nada, yo tomé la decisión de sacarlos en helicópteros porque ‘no se podía avanzar’. Sabíamos que en algún momento íbamos a tener que hacerlo, por eso los teníamos preparados”.

“Lo que le planteé a Tapia (a la mañana en el predio de Ezeiza) fue que nosotros ni loco acompañábamos que fueran al Obelisco. Miren las fotos , pongan en el medio al micro y se van a dar cuenta de que se iban a quedar a vivir ahí seis días, ni loco íbamos a entrar nosotros hasta el Obelisco, tenía que ser un trayecto periférico para poder salir”, complementó

El funcionario de gobierno continúo con sus descargos. “Si pretende seguir su jugada, que la haga él, pero nosotros no ponemos en riesgo la vida de los jugadores. La aglomeración era cada vez mayor, la posibilidad de avance era nula y se venía la noche”.

“El objetivo era proteger a los jugadores, no porque fueran a hacerles daño sino porque tanta gente queriendo acercarse puede terminar en cualquier cosa. Después aparecen estos cachivaches de pacotilla (por Tapia) queriendo inventar la cuadratura del círculo. Nosotros fuimos los que tomamos las decisiones”, remató.

En el escrito de Tapia también de paso daba a entender que los jugadores no iban a pasar a la Casa Rosada, pese a la invitación formal del presidente y su equipo de gobierno. Una determinación que nació de los mismos jugadores, quienes minutos antes de arrancar la caravana desde AFA, votaron por no asistir al edificio de gobierno tras cruzar el Obelisco. Pese a que no se conoce una versión oficial, las fuentes cercanas al equipo dirigido por Scaloni, afirman que los futbolistas querían evitar todo el retraso que significaba llegar al lugar y subir a los balcones para recrear una de las fotos que inmortalizó a Maradona en 1986.

Pese a la negativa, Alberto Fernández, presidente de Argentina, evitó los tonos negativos y se sumó a los festejos. “Celebro el modo en que el pueblo se volcó a las calles para homenajear a nuestra Selección y al equipo técnico de Argentina. Millones de argentinos y argentinas en las calles, en un diciembre distinto, que quedará para siempre en nuestros corazones. Todas y todos pudimos agradecer en unidad y armonía la enorme alegría que nos han brindado”, expuso el mandatario a las 17:30 de la tarde.

La ciudad después de los helicópteros

Los helicópteros con los jugadores sobrevolaron el Obelisco por unos minutos y desaparecieron sobre un mar de gente interminable que se sitiaba sobre la avenida principal de Buenos Aires. Pero aquel adiós improvisado de los campeones estuvo lejos de ser el cierre de la jornada. Por horas los hinchas siguieron festejando en las calles de la ciudad y fue incluso hasta bien entrada la noche, que la policía no pudo controlar la situación.

Sin dudas, el episodio más bullado fue la irrupción de una decena de fanáticos al interior del Obelisco, replicando lo ocurrido durante las celebraciones del domingo. La situación fue mostrada por las cámaras televisivas, quienes evidenciaron el arriesgado comportamiento de personas, que tras unos minutos festejaban a 67 metros de altura.

Recién pasadas las nueve de la noche, los bomberos de la ciudad lograron subir a la cima del monumento y bajar a las personas alojadas en la cima. Un operativo que también terminó con detenidos y lesionados. Los reportes oficiales hablan de 21 bomberos y policías con heridas, además de 14 personas detenidas.

Estos se suman al balance dado por Alberto Crescenti, titular del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) pasadas las siete de la tarde. El doctor de 69 años informó de 31 personas que requirieron atenciones médicas durante el día, de las cuales 16 terminaron en hospitales de la ciudad por sus lesiones, principalmente relacionadas a politraumatismos y fracturas. Además, en Argentina ya hablan de dos personas fallecidas: uno de ellos cuando trepaba por el mástil de una bandera de gran altura, que cedió y cayó al suelo. El otro fallecido es un motorista.

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