No es novedad señalar que las recientes campañas de los equipos chilenos en la Copa Libertadores, la principal competencia de clubes del continente, han sido modestas, por decirlo de una manera elegante. Pasar a los octavos de final se toma como un objetivo realista, más que competir por llegar a instancias decisivas. Por cierto, la distancia entre los poderosos de Brasil y el resto de Sudamérica también se ha acrecentado en los últimos años.

Hay que retroceder tres décadas para encontrar la última vez en la que un representante del fútbol nacional se instaló en la definición de la Libertadores, cuando la actividad era muy distinta a lo que es ahora. La década de los ‘90 fue de lo más glorioso que tuvo el balompié criollo. Colo Colo levantó el trofeo en 1991 y dos años después, otro grande del país estuvo cerca de repetir la hazaña. Fue la Universidad Católica comandada por Ignacio Prieto, uno de sus nombres insignes, la que accedió a la final. Los cruzados fueron superados por el mítico Sao Paulo de Telé Santana. Esa campaña cumple 30 años.

En aquella época, eran 21 los clubes participantes, de 10 países. Católica ganó el grupo 2 con ocho puntos, superando a Cobreloa y a los bolivianos de Bolívar y San José. En las fases eliminatorias, desde octavos hasta semifinales, la UC siempre debió definir como visitante. El primer duelo directo fue ante Atlético Nacional, con un triunfo 2-0 en Santiago y una derrota 2-1 en Medellín. Posteriormente, en la ronda de ocho mejores, se cruzó Barcelona de Ecuador. Con un doblete de Juan Carlos Almada, la UC ganó 3-1 en San Carlos. La vuelta, en Guayaquil, fue una victoria 1-0 con tanto del Moto Romero.

Uno de los grandes partidos de esa campaña fue la semifinal de vuelta ante América de Cali, en Colombia. En la ida, se impusieron los chilenos por la mínima. La revancha se puso cuesta arriba porque el elenco escarlata iba ganando 2-0 en 15 minutos. Sin embargo, la historia tuvo un final feliz para los cruzados. Ricardo Lunari marcó el 2-2 a tres minutos del final. El momento crucial de la serie sucedió en los 90′, cuando el árbitro uruguayo Ernesto Filippi sanciona penal para el América, por falta de Mario Lepe sobre Antony De Ávila. En el tiempo añadido, el golero Óscar Wirth atajó el lanzamiento y metió a la UC en la definición ante Sao Paulo.

“Ese equipo tenía la particularidad de no modificar mucho su manera de jugar en casa y de visita. Eso nos llevó a ser competitivos. Y una dirección técnica importante, por parte de Ignacio Prieto. La conformación de los planteles y la manera de jugar tienen que ver con el técnico”, señala a La Tercera Óscar Wirth, recordando el plus de un equipo que también tenía a Sergio Fabián Vázquez, Raimundo Tupper, Nelson Parraguez, Luis Pérez y Rodrigo Barrera, entre otros.

El 19 de mayo de 1993, se jugó la final de ida, en un Morumbí con más de 90 mil personas. El Sao Paulo de Zetti, Raí, Palhinha, Cafú, Müller y el mismísimo Caté (que jugó en la precordillera y fue campeón del Apertura 1997) superó holgadamente a los nacionales por 5-1 y reduciendo de manera notable las opciones de campeonar para la Católica. El 26 de mayo fue la vuelta, en el Estadio Nacional. Antes de los 15′, los cruzados ya ganaban 2-0, alimentando el sueño de una remontada épica. Pero finalmente no alcanzó. En diciembre del mismo años, los paulistas vencieron al Milan en la Copa Intercontinental, en Japón.

El tiempo pasa

Está dicho que hace 30 años que un equipo nacional no disputa la final de la Libertadores. Esta ausencia en este tipo de instancias se hace aún más larga si se compara con el resto del barrio. El reflejo de una triste realidad.

De todos los países de la Conmebol que han tenido finalistas en esta competencia (acá no entran Bolivia y Venezuela, cuyos clubes nunca lo han logrado), Chile es el que lleva más tiempo sin acceder a otra final. Nada menos que tres décadas. Desde el ‘93 hasta hoy, las campañas más sobresalientes han sido cuatro semifinales: tres de la U (1996, 2010 y 2012) y una de Colo Colo (1997).

El que sigue en el listado es Perú, cuyo último finalista fue Sporting Cristal, hace 26 años (1997). El elenco cervecero, cuyo DT era Sergio Markarian, enfrentó a Cruzeiro, que se convirtió en el campeón. El país vecino también ha visto cuesta arriba sus campañas en la Libertadores. A diferencia de Chile, eso sí, nunca un elenco peruano ha levantado el trofeo. Luego aparece Uruguay, cuyo último finalista fue Peñarol, hace 12 años (2011). El Manya, que en aquella edición eliminó a la UC en cuartos de final, perdió la definición ante el Santos de Neymar.

¿Cuál fue el último club, por país, en ser finalista de la Libertadores?

PaísClubAño
BrasilFlamengo y A. Paranaense2022
ArgentinaRiver Plate2019
ColombiaAtlético Nacional2016
EcuadorIndependiente del Valle2016
ParaguayNacional2014
UruguayPeñarol2011
PerúSporting Cristal1997
ChileU. Católica1993
BoliviaSin finalistas
VenezuelaSin finalistas

Incluso México, que ya no compite en los torneos Conmebol, ha logrado mejores campañas en el periodo en cuestión. La última final de un club azteca fue en 2015, cuando Tigres cayó con River Plate.

“¿Si estamos muy lejos de volver a una final? Los resultados así lo demuestran. No hay fútbol como para pensar, por lo menos en un tiempo cercano, en un equipo (chileno) que juegue una final. No hay nivel futbolístico para pensar en eso. El campeonato tiene un nivel muy bajo”, manifiesta Wirth. “Es importante tener la materia prima que te permita jugar de manera competitiva. Y lo otro es trabajar en un nivel superior. Cada vez somos menos competitivos”, añade el exportero.

La única Copa Libertadores que tiene el fútbol chileno la aportó Colo Colo, en 1991, de la mano de Mirko Jozic. De los 10 países que conforman la Conmebol, y que compiten en este torneo, tres no tienen semejante trofeo en sus vitrinas: Perú, Bolivia y Venezuela. De los otros siete que sí cuentan con esta distinción, sólo hay uno que lleva más tiempo que Chile sin ganarla. Se trata de Uruguay, cuyo último monarca fue Nacional, en 1988. Todo lo contrario le sucede a Brasil, que tiene a los últimos cuatro campeones: Flamengo y Palmeiras, dos veces cada uno.

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