Universidad de Chile se imponía por la cuenta mínima a Ñublense, en la final de la Copa Chile que se disputa en el Estadio Nacional. Los azules tuvieron un espectacular primer tiempo y en la segunda parte desperdiciaron varias oportunidades. Sin embargo, a los 60 minutos los de Chillán daban el golpe y anotaban el empate 1-1 gracias a Patricio Rubio, con una definición cruzada.
De inmediato los azules se fueron encima del árbitro José Cabero, reclamando una infracción previa sobre Franco Calderón. Rápidamente el juez recibió instrucciones desde el VAR para que fuera a ver la jugada. Luego de 30 segundos de revisión, tomó la determinación de anular el tanto del empate de Ñublense.
Esto desató la furia del equipo de Mario Salas. Uno de los más efusivos fue el mencionado Patricio Rubio, quien se acercó a una de las cámaras de la transmisión oficial y gritó varias cosas, entre las que se alcanzaron a escuchar: “Cagones. Está arreglado, si ya perdieron el año”.
El descontrol de Rubio
Ya en los 90+6′, cuando los rojos buscaban desesperadamente la igualdad, Patricio Rubio golpeó con la pierna a Gabriel Castellón, por lo que fue sancionado con amarilla. El goleador, molesto con el árbitro, se devolvió a reclamar, por lo que de inmediato lo expulsaron.
Su salida del campo fue igual de polémica, porque nuevamente se iba a ir a gritar al frente de las cámaras, pero su entrenador, Mario Salas, lo tomó y lo sacó de la cancha.