Aunque había peleadores mejores ranqueados y más laureados que él, la gran atracción de la noche en la UFC Fight Night era la del chileno Diego Pitbull Rivas, quien se enfrentaba al argentino Guido Cannetti. Era, sin dudas, la pelea de la gente. La que todos querían ver.
"Voy a vengar las Malvinas y a la Selección, prometo arrancarle la cabeza del cuerpo", había amenazado el transandino en la previa del combate. Estaban todos los condimentos para hacer del debut de la UFC en el país, con un chileno entre los protagonistas, uno difícil de olvidar. Se anunciaba una pelea durísima en el Movistar Arena.
El oriundo de Cholchol, Araucanía, quien superó un cáncer hace algún tiempo, arribaba a su enfrentamiento con un registro de 7-1-0. Eso le daba la confianza necesaria para dar batalla. Estaba ilusionado con hacer algo grande en su tierra. Pero no pudo.
El choque fue parejo de principio a fin. Muy ajustado, en todo momento. Pero los jueces determinaron que el ganador, por decisión unánime, fue el argentino, por un triple 29-28. Quizás, el mayor pecado del nacional fue esperar mucho durante la pelea y no tomar la iniciativa. Debió ir a buscarlo más.
"Ante todo quiero pedirle perdón a la gente de Chile por las declaraciones que hice. Quería prepararme mentalmente. Vine preparado para esto, y lo logré", señaló tras la pelea el argentino a propósito de sus incendiarias palabras antes del combate, justo cuando lo habían anunciado como el ganador por decisión de los jueces. Veredicto, por cierto, que no gustó para nada al público, que apoyaba en masa al local y que tenía sangre en el ojo por los dichos de Cannetti.
Si incluso en las tribunas del recinto la gente que llegó a ver el combate puso lo suyo. Un conato entre seguidores de uno y otro peleador se sucedió apenas culminada la pelea. Y tras ellos, los chilenos, que eran mayoría, le lanzaron todo tipo de objetos al contendor transandino mientras se retiraba a los camarines a festejar el triunfo.
Con sangre chilena
En el inicio de la cartelera estelar, sangre criolla fue la encargada de abrir los fuegos. Vicente Luque, brasileño de padre chileno, saltó a pelear frente al canadiense Chad Laprise.
Luque no se demoró en imponer sus términos y en el primer round (4'16") noqueó a su rival con un zurdazo corto que mandó directo a la lona al norteamericano. Fue la sexta victoria para el peleador de 26 años, de las cuales tres han sido por nocaut en el primer round.