Desde que disputó los cuartos de final de Wimbledon en 2017, en donde perdió con Sam Querrey, la carrera de Andy Murray se puso cuesta arriba. Una lesión de cadera le ha permitido disputar tan solo 15 partidos desde julio de ese año hasta la fecha.  De los cuales ganó 8. Hoy sumó una nueva derrota:  cayó en segunda ronda del ATP de Brisbane frente al ruso Daniil Medvedev por 7-5 y 6-2.

Hace un par de días, el cirujano a cargo de su recuperación expuso que Murray iba a seguir sufriendo de dolor de cadera, por lo que el futuro del que fue líder del ranking ATP en 2017 y  actualmente está en la posición 240º se pone en duda. Fue el mismo escocés quien ayer después de ganar en primera ronda en Brisbane puso en duda hasta cuando iba a poder disfrutar del tenis.

Como meta a corto plazo, Murray contó a BBC 5 Radio que planea disputar el Australian Open. "Todavía hay cosas que me gustaría lograr. Si soy capaz de hacer eso o no, realmente no lo sé. El Abierto de Australia es un torneo que siento que he puesto todo de mi parte para ganar y que he estado cerca muchas veces", manifestó.

Con 31 años, le espera una dura temporada. Tendrá que encontrar la forma de equilibrar su juego y cuidar su cuerpo para poder alargar su carrera, ya sea reduciendo el calendario o cambiando su forma de juego. Algo que ya empezaron a hacer los jugadores de su talla, como Roger Federer y Novak Djokovic.