La resolución del Tribunal de la Libre Competencia del 22 de junio contra la ANFP no es sólo contundente en sus 55 páginas, sino que también desnuda la catadura de varios personajes que siguen operando en el fútbol chileno y además dando cátedra y lanzando amenazas veladas y explícitas. En ella no solo se eliminan las abusivas 24.000 UF que debían pagar los equipos que ascendían de la Segunda Profesional a la B, sino que suspenden este pago en forma definitiva y multan a la ANFP En 2,3 millones de dólares.

Hagamos historia: la cuota de incorporación de Tercera a Primera B siempre existió y era de unas razonables mil UF (28.668.000 pesos). Eso pagó Magallanes en 2010 cuando ascendió. Los clubes profesionales, sobre todo los de la B, se dieron cuenta del peligro, debido a que el CDF estaba generando decenas de millones de dólares en excedentes. Se les podía meter gente al bote. Entonces, en el consejo de presidentes del 22 de noviembre de 2011 se decidió subir la cuota a 50.000 UF. Un fierrazo en el mate. Los entusiastas patrocinadores de la idea fueron Felipe Muñoz (Copiapó), Jorge Sánchez (Antofagasta), Patrick Kiblisky (Ñublense) y Raúl Delgado (San Felipe) con el respaldo sonriente de Sergio Jadue.

Pero, hete aquí, que dejaron un par de salvavidas para ellos. Se estableció que, si un equipo de la B que bajara a Tercera en 2011 y volviera al año siguiente, sólo pagaría las antiguas mil UF (justo bajó Copiapó en 2011 y ascendió en 2012). Y que cualquiera de los integrantes de la B en ese momento que bajara en el futuro recibiría una importante rebaja en la cuota si ascendía de vuelta (como ocurrió con Puerto Montt, Barnechea, San Marcos de Arica y Melipilla). Los que llegaron después (Iberia, Valdivia y Santa Cruz) debieron pagar 50.000 UF, que después fueron rebajadas a 24.000 UF (2016) producto de varias querellas que presentó Deportes Valdivia.

Para asegurar bien el chancho, en 2012 los clubes, encabezados por Sergio Jadue, crearon la Segunda Profesional, agregando una división intermedia que se sumaba a la cuota millonaria e impagable que les exigían a clubes semi amateurs. Blindaje total. Pero atentos al detalle, como los recién ascendidos no tenían caja para pagar y ningún banco les iba a prestar esa suma, debían buscar en otro lado para juntar el dinero ¿Qué otro lado? Página 47 del fallo del TLC: “los clubes de esta división no tendrían acceso a la banca, por lo que solo pueden utilizar instituciones informales o factoring con tasa altas, muy por sobre el cobro de un mercado competitivo”.

¿Quiénes manejan la empresa de factoring más grande en el fútbol chileno? Felipe Muñoz y Jorge Sánchez, gestores de la cuota de incorporación en 2011 y dueños de Factor One ¿Quién salió a defender a los factoring en una entrevista en este mismo diario el lunes pasado? Raúl Delgado, otro gestor de la millonaria cuota en ese inolvidable, por lo dañino en el tiempo, consejo del 22 de enero de 2011. Cito textual: “El problema está originado por los clubes. Si manejaran bien su presupuesto, nunca pedirían préstamos. Mi club nunca solicitó ayuda de este tipo, pero hay directivos que se quejaron de intereses mensuales desproporcionados”. Clarito, súper fácil manejarse bien si tienes que pagar 50.000 UF de entrada.

Guinda de la torta: Óscar Fuentes, ex secretario ejecutivo de la ANFP con Jadue, abogado y reformulador de los estatutos y estructura jurídica que le dio marco a la Segunda Profesional y la cuota de incorporación, ahora se ofrece como abogado a los clubes de la Segunda Profesional para querellarse en contra de la ANFP por los abusos cometidos en su contra por la cuota de incorporación. Ah, también es asesor legal de Unión San Felipe, club de Raúl Delgado. Cerremos por fuera.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.