Hace nueve años, sus padres le dieron una tabla de skate que compraron en el norte y su vida cambió para siempre. Ella, que ya estaba atraída por los deportes extremos, decidió exprimir sus posibilidades con el nuevo juguete que le llegaba. En ese momento, María José Rojas (23 años) decidió su futuro. La que empezó como una niña inquieta de buenas notas se convirtió en una carta seria de Chile para los Juegos Olímpicos. Hoy transita ese camino rumbo a Tokio 2020, al tiempo que lucha por hacer de su disciplina un espacio de inclusión.

Cuando el skate fue agregado a los deportes olímpicos su rutina cambió. Las horas de patinaje libre fueron dando paso a los entrenamientos programados. De lunes a sábado está en el Centro de Alto Rendimiento pavimentando su ruta. "Es nuevo tener que entrenar, el skate es liberal, lo patinas vestido como quieres, no hay edad", dice Coté. Eso sí, reconoce que el cambio fue bueno: "Las autoridades lo toman en serio, puede haber más pistas, clases, fomentar el deporte y bajar el sedentarismo".

Ella lleva tiempo representando a Chile en competencias. Incluso estuvo en China hace unos años. Lo último fue la fecha de la Street League Skateboarding, que se disputó en Brasil en enero. Un torneo mundial que suma puntos para Tokio.

Más allá de la patineta, María José tiene otras aristas. El año pasado se tituló de Tecnóloga en Administración de Personal en la Universidad de Santiago, siendo la mejor alumna de su generación. "Me gusta trabajar con las personas, poder ser agente de cambio en la sociedad", dice.

Su carrera también le da armas que utiliza en el skate, pues enseña a niñas a patinar y enfrenta los prejuicios de un ambiente que aún tiene tintes machistas. "Es importante enseñarle a los niños que las mujeres tenemos la misma capacidad que los hombres", explica. Y ejemplifica: "No se tienen que burlar porque una niña se cayó. Yo lo he visto, a mí me pasó, que me chocaban por ser mujer y estar aprendiendo. Quiero enseñar a respetar y perseverar".

María José da el ejemplo todos los días. Aunque no es remunerada, sí es parte del alto rendimiento de Chile y se lo toma en serio, pues también sacó el curso de entrenadora de skate impartido por el Comité Olímpico. En tanto, sigue patinando rumbo a Tokio y tiene planes de ir a competir a Europa entre mayo y julio para sumar puntos. Para eso debe trabajar y juntar dinero. La ilusión de llegar a Japón sigue rodando.