El fútbol femenino en Universidad Católica vive un verdadero terremoto y sus consecuencias traspasaron los límites de San Carlos de Apoquindo. No era para menos, ya que fueron despedidas 15 futbolistas del plantel de honor y también el técnico Ronnie Radonich, quien fue reemplazado por el español Ángel Hualde.
Sin embargo, en la precordillera no esperaban que los descargos de las profesionales desvinculadas fueran tan desgarradores, ni menos acusaciones tan directas. A las críticas de la exarquera cruzada Natalia Campos, ahora se sumó Camila Cofré. “Los motivos de estas salidas no fueron por nuestro apoyo a la huelga de funcionarios, sino por algo peor: no somos amigas de la subgerente del fútbol femenino Helaine de Grange”, disparó, a a través de su cuenta de Instagram.
Según la jugadora, los problemas comenzaron cuando la excapitana asumió el cargo ejecutivo. “El tema se volvió insostenible por varios motivos, pero diría que el más preponderante fue el favoritismo que había hacia un grupo pequeño de jugadoras, seis aproximadamente, incluyendo a la polola de la subgerente, y las injusticias e imparcialidad que comenzó a existir”, lanzó.
Cofré sostiene que las aludidas no entrenaban en la semana y luego querían ser titulares; que despreciaban el trabajo de los profesionales que acompañaban al equipo; y que, además, tenían beneficios, como la inscripción en un gimnasio, instancia de la que no gozaban las demás.
Además, las jugadoras supuestamente protegidas por De Grange accedían a ser “rostros en diferentes campañas, cuando el resto del equipo nunca se enteró ni se le dieron las oportunidades”, mientras que también “recibían regalos de auspiciadores (RedBull y Marley) para el fútbol femenino que nunca vimos, o que vimos después de meses de insistencia”.
Para terminar, la formada en el club de la franja enfatizó que no había un parámetro técnico para decidir quién se iba o quién se quedaba. Solo amiguismo, según ella. “Hablé con el cuerpo técnico 2022 y a ninguno de ellos se les consultó por rendimiento de las jugadoras, estadísticas ni nada por el estilo, para poder determinar quienes seguían en el club”, apunta. “Tampoco se transparentó el proceso de cómo hicieron estas definiciones, no es novedad, pero coincidentemente las más amigas siguen en la temporada 2023 y el resto para afuera”, añadió.
“Con esto último que está pasando de cara al plantel 2023 me da pena, no por mí, más por las personas que se sacaron la chucha este año, que se ganaron titularidades indiscutidas, capitanías, y aún así no fueron consideradas por el club ‘porque no son el perfil de jugadoras’. Cuando hay otro grupo que apenas jugó, apenas asistió a los entrenamientos y ellas sí son consideradas para la próxima temporada”, remató.
Camila Cofré, hincha de Universidad Católica, se mostró decepcionada del equipo de sus amores. “Fueron años de defender al club, creerme los cambios que se venían, agradecer cosas básicas como tener dos poleras de entrenamiento para cinco días. Y hablo solo de poleras, ya que short teníamos uno solo. O un container para cambiarnos de ropa, con duchas que nunca funcionaron y papel higiénico semana por medio”, graficó, sobre las pobres condiciones que tenía el primer equipo femenino cruzado.
La jugadora también reveló el mal ambiente que existía en el camarín del cuadro de la franja desde que asumió De Grange. “Durante este último año se vieron muchos insultos, faltas de respeto, que de acuerdo a lo que yo vi, pasaron inadvertidas para un grupo de personas que siempre se vieron beneficiadas. Esto, como es de esperarse, alteró la convivencia del equipo. En donde se llegaron a formar 2 grupos que básicamente no podían convivir en un mismo lugar”, aseguró Cofré.
“Realmente siento que me entregué 100% a un club que reflexiono hoy o miro para atrás, y creo no se lo merecía”, concluyó la futbolista.
La respuesta de la gerenta
Por su parte, Helaine de Grange entrega su versión de los hechos y explica que el recorte del plantel se hizo “evaluando la temporada y con un análisis hecho con profesionales de big data y rendimiento analítico, más las evaluaciones del año y de la temporada 2021 también”.
Acto seguido, la gerente añade que “tenemos ciertos objetivos deportivos para el 2023, pero quiero recordar que el club hace un año inició el camino y el proyecto para convertirse en un equipo de vanguardia, ojalá en el mejor equipo de Chile de aquí a cinco años, y la pregunta en torno a quienes están hoy en el plantel quizás no es la más importante, sino quienes necesitan estar”.
Por último, De Grange descarta de manera tajante que su relación con las jugadores que si continúan hayan influido en el proceso. “Para lograr ese objetivo necesitamos contar con los y las mejores, por lo tanto, aquí no hay decisiones personales ni asociadas a huelgas o amiguismos ni nada, sino que son decisiones deportivas basadas en rendimiento, técnicas, tácticas y deportivas que obedecen al modelo que vamos a buscar en 2023 y que responden al modelo que trae el nuevo entrenador”.