¿Un punto ganado o dos perdidos? Pocos hicieron esa pregunta en el entorno del Campanil una vez finalizado el 0-0 ante Godoy Cruz en Concepción, pero en el fondo todos la pensaban. Antes del partido, sin duda, el empate era un mal resultado, pero la irresponsabilidad de Guillermo Pacheco en el minuto 31 no solo fue dejar a su equipo con 10 jugadores, sino que terminó cambiando el trámite del partido, con una Universidad de Concepción que duplicó esfuerzos para cuidar su arco y se proyectó en ofensiva únicamente cuando era estrictamente necesario.
"Uno siempre quiere salir victorioso, pero esta noche ganamos un punto, no perdimos dos. Enfrentamos a un gran equipo y sacamos adelante el partido. Quedamos contentos en lo grupal", aseguró el lateral Víctor Retamal, quien tomó el lugar de Pacheco con mucha personalidad y eficiencia.
Ingrato encuentro tuvo Patricio Rubio. Casi nunca quedó cómodo de cara al arco rival y fue al sacrificio durante casi los 90 minutos. No pudo ser protagonista en la lluviosa noche penquista. "De la forma en que se dio el partido, ganamos un punto. El clima no ayudó y se nos complicó todo con la expulsión. Defendimos bien y sumamos, que es lo importante. Incluso, tuvimos las ocasiones más claras en un par de contragolpes", dijo el delantero. Y agregó que "sacamos la tarea adelante y eso nos mantiene arriba en el grupo todavía. Pudimos ganarlo y quedamos con gusto a poco. El árbitro mostró muchas tarjetas y eso condiciona. Estamos jugando Copa Libertadores y acá los partidos son así, fuertes".
Sin tranquilidad ni conformidad, el entrenador del Campanil, Francisco Bozán, valoró que "es difícil estar contento cuando trabajas y te esfuerzas por lograr un triunfo y no te lo llevas, pero me siento honrado con lo que presencié. Con un jugador menos logramos resolver un partido de Copa Libertadores y creándonos ocasiones de gol. Hay una sensación de empate amargo por todo lo que generamos en campo rival, pero no puedo caer en crítica a un equipo que corre como este".
La sensación era extraña en los pasillos del Ester Roa, pero cada integrante del Campanil trató de buscar lo positivo del 0-0 ante el cuadro de Mendoza, en un escenario adverso. "Mis compañeros metieron y corrieron como caballos, lo que demuestra la tremenda ilusión que hay en este vestuario. Eso me deja contento, pese en la cabeza de todos estaba ganar y alargar la distancia con los otros rivales. Me llena de orgullo este equipo", sentenció el defensa uruguayo Alexis Rolín.