Idolatrado en Chile, Marcelo Bielsa no despierta todas las simpatías en el resto de Sudamérica. Menos en Argentina, su país natal, del que fue hace dos décadas para buscar otros destinos en el fútbol.
El Loco no dejó tantos recuerdos en su paso por la selección albiceleste, la que dejó en 2004. El rosarino tomó las riendas del equipo en octubre de 1998 con momentos muy altos de rendimiento.
Llevó al cuadro transandino de la Copa del Mundo de Japón y Corea 2002 como primero en las Eliminatorias Sudamericanas, después de ganar 14 de 18 partidos y solo una derrota. Un rendimiento que rozó el 80%.
Sin embargo, en el Mundial del Lejano Oriente no logró pasar de la primera ronda. Encima, dos años más tarde, cayó en la final de la Copa de América de Perú ante Brasil.
Una generación de futbolistas de mucho potencial que, finalmente, no logró un título. Como nadie es profeta en su tierra, parte del medio al otro lado de Los Andes no olvida el fracaso de un equipo plagado de estrellas.
La visión de Bochini
Una apreciación a la que adhiere Ricardo Bochini, el máximo ídolo en la historia de Independiente de Avellaneda. Para el ganador de 13 títulos con el Rojo, es muy poco lo que se habla del rosarino en Argentina.
“No, no, en Argentina no se habla de Bielsa. Solo importa lo que hoy haga (Lionel) Scaloni, de nada más. No se habla de (César Luis) Menotti, ni de (Carlos Salvador) Bilardo y menos de Bielsa”, reconoce el Bocha.
Sin embargo, no desconoce lo que ha hecho el Loco al mando de la selección de Uruguay, el equipo que conduce desde mayo del año pasado y que fue tercero en la Copa América.
“La Celeste hizo una buena fase grupal, pero le faltó un poco de fútbol en el final de la Copa América. Bielsa ha hecho un buen trabajo con la selección de Uruguay. Se notó ahora en esta Copa América, en la que llegó a la semifinal. En las Eliminatorias ha ganado partidos importantes. Uruguay tiene jugadores muy buenos”, advierte Bochini.
Asimismo, agrega que “al equipo tal vez le falta un delantero goleador. Se siente mucho lo que fueron Edinson Cavani y Luis Suárez, atacantes que no perdonaban ninguna jugada cuando tenían la oportunidad de hacer un gol. A este chico Darwin Núñez le cuesta definir algunas acciones que se crea”.
Un duro recuerdo
Lo cierto es que la eliminación en la primera ronda de la Copa del Mundo 2002 es un duro recuerdo para el medio argentino. Así queda de manifiesto en el duro análisis de Bochini.
“Los futbolistas hablan de que Bielsa es un gran técnico, pero uno tiene su opinión. Para mí, en el Mundial de 2002, debería de haber jugado de otra manera, con otros jugadores, pero bueno… Intentó ese fútbol de plantear los partidos con tres atacantes, dos carrileros por el medio…”, opina el histórico de la Albiceleste.
En la misma línea, resume que “prácticamente, en Oriente jugó con tres delanteros y siete jugadores defensivos… (Matías) Almeyda, (Juan Pablo) Sorin, (Javier) Zanetti, más los tres de atrás, con (Juan Sebastián) Verón en el medio. Propuso un equipo que jugaba al contragolpe y Argentina siempre lo hizo de otra manera, más como ahora, tocando la pelota y moviéndose”.
Consultado por lo que dejó en su país el trabajo del rosarino, el exjugador argumentó que “no sé qué legado pudo haber dejado Bielsa. Los jugadores que él (Bielsa) dirigió son los que tienen que hablar. Yo, desde afuera, no vi ninguna cosa especial, nunca vi que Bielsa haya dejado un legado en Argentina”.
E insistió que “Bielsa quedó fuera de un Mundial en la primera ronda con grandes jugadores en su plantel. Después ganó unos Juegos Olímpicos, pero con profesionales es muy distinto, antes con amateurs era mucho más complicado. Después, Sergio Batista también ganó los Juegos Olímpicos, así que tampoco fue demasiado”.