Christian Garin (36°) salió a la cancha decidido. En la primera ronda del Masters 1000 de Montreal (victoria sobre el serbio Laslo Djere) había retomado el ritmo de competencia y vuelto a las victorias después de seis caídas consecutivas. Por lo mismo, ayer, ante el estadounidense John Isner (15°), tenía la opción de ratificar el alza en su nivel y dar un paso más en el campeonato disputado en Canadá.
Y lo hizo con autoridad. Desde el primer momento, el mejor tenista chileno del momento actuó con confianza y serenidad. El rival de turno era corajudo y exigía la mejor actuación posible. Con eso en mente, atacó en los momentos adecuados y se defendió con inteligencia cuando su rival intentó arrollarlo con el poderío de su servicio y su educada volea desde el fondo de la cancha.
Pese a un inicio muy disputado, Garin logró salvar cuatro puntos de quiebre y, después, con paciencia y potencia, pudo romper el servicio de su adversario. Justo a tiempo para imponerse por 6-3 y quedar con el mejor panorama posible de cara al resto del encuentro.
En la segunda manga, el nacional no aflojó y, por el contrario, supo estirar las buenas sensaciones que quedaron después del primer parcial.
Cometió pocos errores y mantuvo siempre la templanza ante un rival que lucía cada vez menos confianza. El chileno se impuso en el 89% de los puntos con su primer servicio, cometió pocos errores y no le dio ninguna oportunidad para remontar al nacido en Carolina del Norte.
En aquella segunda manga, de hecho, Isner nunca entró en juego y no fue capaz de contrarrestar la inspiración de Garin, que dejó varios puntos vistosos para ratificar su mejor estado de forma. El chileno puso todo su esfuerzo al servicio del partido y no permitió (tal como en el primer set) quiebres en su saque. Al final, cerró el encuentro con un claro 6-4.
Fueron en total 79 minutos de partido. Una hora y 19 minutos para que Garin ratificara el alza que ha experimentado en su juego y en su confianza durante esta semana y para lograr inscribir su nombre, por primera vez en su carrera, en los octavos de final de un Masters 1000. Lo más lejos que ha llegado en un torneo de esta categoría. Fue, también, el segundo mejor triunfo de toda su trayectoria deportiva (ver tabla).
Celebración mesurada
No obstante la contundencia de su victoria, la celebración fue mesurada. No se conforma el chileno, al parecer, que ahora deberá medirse ante un rival tanto o más complicado que Isner.
En los octavos de final (16 mejores del certamen), el criollo se medirá ante el ucraniano Daniil Medvedev (9°), que en la segunda ronda se impuso sin mayores contratiempos al británico Kyle Edmund (33°), por parciales de 6-3 y 6-0.