Canoísta nipón suspendido por dopar a un rival lo saboteó durante meses
Yasuhiro Suzuki, quien fue castigado por ocho años, había iniciado una campaña con el fin de quitar del camino a un compatriota y así clasificar a los Juegos Olímpicos.
El canoísta japonesa suspendido tras admitir que introdujo esteroides en la bebida de un rival, también le robó el pasaporte, dinero y envió correos difamatorios sobre él en una campaña para truncar su calificación para Tokio 2020 que duró meses.
Yasuhiro Suzuki, de 32 años, se había visto incapaz de superar al también canoísta Seiji Komatsu, de 25 años, en el último año y tras perder la plaza que esperaba ganar en el equipo de remo en canoa, decidió sabotearlo, según relató una fuente cercana a la investigación a la agencia Kyodo, que recogió hoy el testimonio.
El pasado junio, mientras ambos participaban en entrenamientos en la costa occidental de Japón, Suzuki robó el pasaporte de Komatsu -lo que le impidió embarcarse en un viaje al extranjero un mes después- y 20.000 yenes (unos 110.000 pesos chilenos) del vestuario.
Con la idea de que si detectaban signos de dopaje en Komatsu éste sería suspendido y él tendría la oportunidad de clasificarse para los próximos JJ.OO. de la capital japonesa, Suzuki intensificó la campaña en los campeonatos nacionales de septiembre, durante los que introdujo un anabolizante en la bebida de su rival.
El positivo de Komatsu lo llevó a ser temporalmente suspendido y pese a que la sanción fue levantada tras desvelarse la verdad, sus resultados en la competición -donde quedó primero en individuales- fueron anulados, lo que endurecerá su camino a la cita olímpica.
Entre otras jugarretas, tras la final de los nacionales, Suzuki tiró a la basura el velocímetro de Komatsu y escondió su remo, y entre septiembre y octubre envió correos difamatorios sobre Komatsu en cuatro ocasiones a su club, según el relato de la fuente.
El caso ha conmocionado al canoísmo japonés porque Suzuki era hasta ahora una de las figuras nacionales más importantes, aunque nunca llegó a unos JJ.OO., hecho que habría estado presionándolo.
La Agencia Antidopaje de Japón (JADA) sancionó al piragüista con ocho años fuera de competición, una castigo que la Federación nipona de la especialidad sopesará si convertir en permanente durante una reunión que se celebrará el próximo mes de marzo.
El incidente ha supuesto un duro revés para la Federación nipona, que planeaba utilizar los JJ.OO. de Tokio como un escaparate para popularizar la práctica de este deporte a nivel nacional.
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