Cánticos por parlantes y un grueso error idiomático: el lado B de la aplaudida victoria de la Roja de Ricardo Gareca
Chile se impuso por 3-0 a Paraguay en su retorno al Estadio Nacional, sin embargo, aspectos como el comportamiento del público o la salida de ambas selecciones también fueron llamativos.
La selección chilena tuvo una noche soñada. El elenco de Ricardo Gareca, quien jugó su primer duelo como DT de la Roja en suelo nacional, goleó por 3-0 a Paraguay. Dos cabezazos de Víctor Dávila y una gran definición de Eduardo Vargas configuraron el marcador definitivo. Sin embargo, otros condimentos que no alcanzaron a ser captados por la transmisión oficial del compromiso también resultaron llamativos en el retorno de la Roja al Estadio Nacional.
En la salida del equipo se pudo apreciar que los jugadores nacionales ingresaron a la cancha acompañados por niños. La iniciativa se trató de una campaña publicitaria. Todos los menores nacieron el 4 de julio de 2015, la misma fecha en que Chile ganó su primera Copa América a Argentina.
Los pequeños cantaron el himno nacional junto a los hinchas y los futbolistas, en un ritual que no ocurría desde el 2 de junio de 2017, día en que había sido el último partido con público de la selección chilena en Ñuñoa. En esa oportunidad fue triunfo por 3-0 contra Burkina Faso para el elenco que en ese entonces dirigía Juan Antonio Pizzi.
El poropopó, otra vez
Claro que, a pesar del buen ambiente, el comportamiento de los asistentes una vez más no fue el mejor. Al minuto 23, luego de una discusión de Marcelino Núñez con los jugadores paraguayos, los hinchas comenzaron a entonar el polémico poropopó, un cántico que es sancionado por la FIFA. Claudio Bravo, antes de salir lesionado, notó esto y efectuó un gesto con los brazos para que se detuvieran, algo que la gente no obedeció.
Cabe destacar que la Roja ya está castigada para su próximo partido de local en las Eliminatorias Sudamericanas, en el que verá afectado su aforo permitido en un 50%, algo que la ANFP intentará apelar, pero que con este comportamiento que ya se tornó habitual se ve difícil que tenga éxito.
De los cánticos grabados al ole
Luego de la apertura de la cuenta de Dávila, el equipo paraguayo creció en la cancha, lo que generó la merma en el apoyo del público. En ese instante, al minuto 31 del encuentro, se pudieron escuchar cánticos grabados que sonaron por los parlantes del Nacional para apoyar a la Selección, con el clásico “vamos chilenos”.
No obstante, en la segunda parte, después de 3-0 de Eduardo Vargas a los 53 minutos, el público reaccionó con todo y hasta comenzó a gritar en varias oportunidades el ole, ante la importancia de los futbolistas visitantes.
Al momento de su salida del campo, justamente Vargas fue uno de los más ovacionados. Abandonó en reemplazo de Ben Brereton a los 72′.
Sobre el final del compromiso se informó que el duelo alcanzó el aforo máximo de espectadores permitido (45 mil, una cifra muy lejana a los últimos partidos como local). En ese momento, escribieron en la pantalla gigante del recinto soul out, en una imagen que se viralizó posterior al encuentro.
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