Toda una vida en Everton, de vuelta a la capitanía tras ser desposeído de ella con la llegada de Torrente, líder del vestuario, el central viñamarino Marcos Velásquez (31) vive el final de un torneo que los ha tenido con el descenso al cuello.
En la tienda ruletera le ha tocado pasar por todo. Fue parte del plantel campeón en 2008, jugó torneos internacionales, y enfrentó una multitud de batallas por ascender o descender. Toda esa experiencia intenta transmitírsela a sus compañeros. "Llevo 11 años en el club y he pasado todo lo que se puede vivir en el fútbol, lo bueno y lo malo. De todo eso se puede aprender. Hay que transmitir que dependemos de nosotros. Si le ganamos a Palestino, más allá de los demás resultados, podemos sacar la tarea adelante", dice.
Este sábado, los de la Quinta Región reciben a los árabes en un duelo fundamental por la permanencia. El conjunto tricolor se ubica decimotercero, una posición por delante de Everton en la tabla, con un punto más, por lo que un triunfo se antoja vital para dejar los deberes hechos antes de la última jornada.
Para el Chano, es una ocasión para refrendar la buena mitad de año que han tenido bajo la conducción de Javier Torrente, aunque respeta a Palestino. "Será un partido muy difícil. Palestino ha mejorado mucho con Basay, pero estamos convencidos del trabajo de Torrente. Como grupo hemos crecido y en este segundo semestre nos han pasado más cosas positivas que negativas en lo futbolístico", expresa.
Al entrenador argentino lo describe como un hombre menos cercano al futbolista que su antecesor Pablo Sánchez, y con una metodología de trabajo también diferente. "Javier es más analítico, hacemos trabajos por zonas. Unos ejercicios para los defensas, otros para los volantes y otros los delanteros. Con Pablo era más integral, hacíamos trabajos donde estábamos todos involucrados. El futbolista tiene que adecuarse. Con Javier nos costó un poco al comienzo, pero le agarramos la mano y se ha visto su trabajo; de mucha intensidad, de no dar pelota por perdida", comenta el zaguero. "Nos recalca siempre que se puede perder, pero que la actitud no se transa", añade.
El defensor es consciente de que les ha costado encontrar solidez defensiva, ya que son una de las vallas más batidas del año, con 43 goles. "Por desconcentraciones, pero sabemos que ya no podemos regalar nada".
Acerca del calificativo de bielsista que suele recibir Torrente, expresa que está en todos los detalles. "Los entrenamientos son muy intensos y siempre nos dice que los partidos hoy se ganan o pierden por detalles. Nos muestran mucho video, graban los entrenamientos para indicarnos lo que debemos mejorar, nos recalcan las cosas positivas también".
El arribo del técnico rosarino a mitad de año trajo la pérdida de la jineta para Velásquez, en favor de Patricio Rubio. La decisión no lo dejó indiferente, pero valora que en el camarín viñamarino existen diversos liderazgos que favorecen la fortaleza del plantel, más allá de quien porte la cinta. "Yo venía de una lesión, no pude estar entrenándome con el grupo, pero seguía aportando desde mi lado. Ahí pasó la cinta a Rubio", apunta.
Everton mejoró sus resultados con Torrente, hasta que la derrota del 21 de octubre ante la Universidad de Chile en el estadio Nacional provocó un encontrón entre el técnico y Rubio. El conflicto hizo que el rosarino convocara una elección que dejó al Pato sin jineta y sin el apoyo de sus compañeros.
Velásquez terminó siendo elegido como capitán nuevamente. Sobre esa situación dice que son cosas que quedan dentro del plantel: "Tenemos varios jugadores de experiencia y todos nos sentimos líderes positivos para levantar al equipo en los momentos delicados, independiente de quién lleve la jineta. A veces el técnico tiene sus nombres y decide quién lleva la cinta".
La brusca caída que sufrió el proceso de Vitamina fue llamativa. De luchar en los primeros puestos por dos torneos consecutivos, pasaron a los últimos lugares. Para el Chano, los jugadores también eran responsables. "Siempre se corta por lo más delgado, que es el DT. Hubo partidos que parecían controlados y nos daban vuelta. Tuvimos un proceso muy bueno con él, pero no pudimos sostenerlo en el juego".
Con el cambio de mando en la banca durante el receso mundialista se decidió realizar una pretemporada que puso en duda la condición física del equipo. El central puntualiza que fue una medida acertada a raíz de los días sin entrenamientos que tuvieron. "Hicimos un ajuste porque varios tuvimos vacaciones. Hubo un grupo que solo se fue una semana y había que afrontar la Copa Chile. Cuando quedamos eliminados estaba la posibilidad de hacer esa pretemporada, pero si hubiésemos clasificado no se habría hecho. Son decisiones del cuerpo técnico, lo que ellos ven y sus métodos".
Además, aclaró que terminaron bien físicamente con Vitamina, y que en los últimos recesos por fecha FIFA tuvieron dos semanas de adaptación que los llevó a ganar tres partidos seguidos para, así, pasar de estar lejos de la salvación a depender de ellos mismos.