Carlo Ancelotti aterriza la discusión: “No sé si Messi es el mejor de la historia”

En medio de la euforia por el título mundial que consiguió Argentina al vencer a Francia, hubo otra discusión que pretendió zanjarse. Inmediatamente, hubo quienes elevaron a Lionel Messi a una categoría tan especial como controvertida: lo ungieron como mejor futbolista de la historia. Es decir, lo ubicaron sobre leyendas como Diego Maradona y Pelé, dos que lucieron el título sin discusión e, incluso, con reconocimiento oficial de la FIFA. Y, por cierto, también sobre otros astro contemporáneos. De hecho, los primeros que objetaron la consideración fueron los seguidores más incondicionales del gran rival que ha tenido la época en que ha destacado La Pulga: Cristiano Ronaldo. Buena parte de estos últimos son, además, hinchas del Real Madrid, el archirrival del Barcelona, el equipo en que se consagró el argentino.

Hoy, es un referente merengue el que sale al cruce de la afirmación. Carlo Ancelotti, el técnico de la Casa Blanca, discrepa del honor que se le asigna al transandino. O, al menos, lo pone en entredicho. “Es difícil de decir. No sé si es el mejor de la historia. No es tan justo decir eso, porque cada época tiene jugadores muy buenos. No saldrá de mi boca que Messi es el mejor de la historia. He disfrutado de tantos jugadores buenos, entreno todos los días al Balón de Oro”, replicó. La última referencia es a su pupilo Karim Benzema, quien no pudo jugar el Mundial.

Carleto no esconde su reconocimiento por Messi, pero le pone bordes. “Messi lo ha hecho muy bien. Es un gran futbolista, todo el mundo lo reconoce. ¿El mejor de la historia? Sinceramente no lo sé. Creo que no es justo decirlo. Cada época tiene y tendrá jugadores muy fuertes e importantes. Decir que es el mejor de la historia, no va a salir de mi boca”, insistió.

Razones para poner esa afirmación en duda le sobran. Incluso desde la experiencia. “No he visto a Di Stefano. He visto jugar a Cruyff, Diego Maradona. Que sea el mejor de la historia, no lo sé”, expuso. Con el Diez, de hecho, tuvo que enfrentarse en varias oportunidades, cuando defendía a la Roma y el Milan, justamente en la mejor época del trasandino, quien brillaba en el Napoli, al que llevó a discutir mano a mano el dominio del fútbol italiano con las escuadras más poderosas, como los rossoneri.