Universidad de Chile vuelve a sufrir con el descenso. Los azules están apenas a un punto de Deportes La Serena, el equipo que abre la zona de pérdida de categoría e, inevitablemente, los fantasmas vuelven a acechar a la institución. La derrota frente a Universidad Católica no hizo más que profundizar la crisis por la que atraviesa el club y la división entre la dirigencia y los hinchas, que pidieron su salida a viva voz y con fuertes cánticos. La situación ya se ha tornado recurrente.
Hay alguien que lleva contados los años de tribulaciones de los laicos. Se trata de Carlos Caszely, el máximo ídolo histórico de Colo Colo. El Rey del Metro Cuadrado no vacila en realizar un agudo diagnóstico. “Es terrible”, dice. “Pero es un problema que la U arrastra hace cuatro años”, sentencia en declaraciones a Redgol.
“La pandemia la salvó del descenso... después unos arreglines. Y la verdad es que cuando uno es jugador de fútbol le complica mucho no tener una cabeza visible. No sabes quién es el que manda y parece que en la U nada es visible”, profundiza el ex delantero y capitán de la Selección.
Un problema de conducción
El ex delantero del Espanyol y el Levante aboga por un estilo de conducción más cercano, inspirado en las gestiones que conoció cuando era jugador. “Ahí parte el problema, porque el jugador, por más que sea profesional, necesita un poquito de cariño”, considera.
Y expone otro problema que tiene consecuencias directas en el campo de juego. “(La U) no tiene referentes... el problema es un poquito anterior. Decían que la U con juveniles salía adelante, pero un juvenil solo te gana partidos”, apunta. “Los campeonatos los ganan los grandes y si no hay grandes, es imposible”, insiste.
“Le ponen todas las fichas a Darío Osorio, que juega muy bien, pero es niñito. No le pongan la mochila a ese cabro chico. Puede jugar bien un partido, o 45 minutos, pero él solo no es capaz de sacar esto adelante. ¿Que cueste cinco o diez millones de dólares? No le pongan una mochila tan grande a los cabros”, concluye, en relación a la gran tabla de salvación que observan en La Cisterna.