Carlos Caszely recuerda con nitidez la jugada que pudo cambiar la historia del fútbol chileno mucho antes. El 28 de mayo de 1973, Colo Colo igualó frente a Independiente en la final de vuelta de la Copa Libertadores. Ese encuentro lo dirigió el árbitro brasileño Romualdo Arppi Filho, quien falleció este domingo, producto de los problemas renales que le afectaban. En el duelo de ida, el Cacique ya había sido afectado por las decisiones referiles. En el Estadio Nacional, Arppi Filho le anuló un gol al Rey del Metro Cuadrado, quien, a cincuenta años del controvertido cobro, todavía intenta explicarse la decisión.
En su mente, el recuerdo está nítido. “Todos nos acordamos de ese gol. Fue un gol legítimo. La peina (Ricardo) Pavoni y yo aparezco en el segundo palo, y Arppi Filho lo anula por un fuera de juego. No lo podíamos creer. No había por dónde”, sostiene.
La conducta del juez le resultó, cuando menos, rara. “Cuando me anula el gol, el tipo estaba como desencajado. Me dio un beso en la mejilla y me abrazó. Hace unos años dijo que le habían ‘recomendado’ que Colo Colo no fuera campeón. No era muy difícil darse cuenta de eso”, responde a El Deportivo el histórico atacante albo desde Punta Arenas, donde participa en actividades sociales junto a otros referentes del club popular.
“Fue un robo”
Caszely no vacila en asegurar que si la tecnología hubiese operado como en la actualidad, el desenlace de la serie ante los Diablos Rojos hubiese sido diametralmente distinto. “Con el VAR, tendríamos dos Copa Libertadores”, sentencia. Y luego es incluso más categórico en su revisión. “Fue un robo en Argentina, en Chile y en Uruguay. Arppi Filho lo reconoce años después”, amplía.
La decepción sigue intacta en la mente del máximo ídolo histórico de Colo Colo. “Se van a cumplir 50 años de eso, justo este año, pero no se olvida. No hay forma de olvidarlo, sinceramente”, reitera.
De Arppi Filho y de su particular estilo, guarda recuerdos claros. “Era serio, estricto, histriónico. No concuerdo con que era dialogante, ni mucho menos”, sostiene. La descripción difiere en matices con la que había entregado Leonardo Véliz, uno de sus compañeros en el ataque popular, quien, de todas formas, había enfatizado en sus cuestionables decisiones. “Era muy delicado, caballero, pero un carepalo. Había que tener mucho cuidado con él. El Zorro nos decía siempre que tuviéramos cuidado con los árbitros, especialmente con él. Al Loco Páez, a Herrera, a mí mismo. Y no se equivocó. Yo me sentí robado. Y creo que cualquier jugador de Colo Colo 73 te dirá lo mismo”, sostenía el Pollo.
Sin embargo, su análisis procura ser más amplio que la alusión a la figura del encuentro que pudo cambiar la historia del fútbol chileno. “Esto empezó antes, desde que empujaron al gringo Nef. A Chamaco Valdés le anularon un gol legitimo en Brasil. Teníamos en contra a los árbitros, a todo. Llegar a la final después de todo eso tiene un mayor mérito, pero no haber podido ganarla, cuando lo merecimos, sigue doliendo”, manifiesta.
De todas formas, el ídolo albo lamenta la partida del árbitro, sin dejar de lado el recuerdo de su actuación en ese crucial encuentro. “Es una lástima. Cuando muere una persona, es un momento triste, pero igual uno se recuerda del momento que vivió”, sentencia.