Lautaro de Buin ha sido uno de los clubes que más atracción ha generado en el mercado de pases del fútbol chileno. Sorprendió con fichajes como los ex seleccionados Hans Martínez y Fernando Meneses. También reclutó al defensor José Barrera, con pasos por Cobreloa y Rangers, al uruguayo Rodrigo Canosa, quien en Chile estuvo en Santiago Morning y Curicó, y al arquero Eryin Sanhueza, quien jugó en Audax Italiano. Un equipo estelar para la Segunda División, la tercera categoría del fútbol chileno, cuyo límite de gastos es de $ 15 millones mensuales.

Detrás del ambicioso proyecto está Carlos Encinas. El ex delantero, con pasos por Colo Colo y Santiago Wanderers, es el último mecenas del fútbol chileno. Sin ir más lejos, estuvo detrás de la conformación del plantel de Melipilla, que disputará la liguilla de Promoción. De reojo, dice, mirará el desenlace de la campaña de los Potros. Hoy, está enfocado en Lautaro, aunque no ha definido si ocupará la banca o será el director deportivo de la institución.

Encinas enfatiza que lo suyo trasciende al dinero. "Nunca hago las cosas con plata", repite varias veces. "Es un tema de ingenio y credibilidad. Los jugadores que llegan recibirán sueldos menores, pero hay incentivos por victorias, por logros. Hoy me llama todo el mundo. El proyecto es atractivo", destaca en relación a una idea que surge justo cuando aparecieron las diferencias con la testetera melipillana. "Me encontré con un club rico en historia. Mi papá hizo clases en Buin. El año pasado estaban con algunos problemas y los ayudamos a salir del lío. Llegó Jorge Miranda como técnico y el equipo se salvó del descenso, aunque el estallido social lo evitó porque el campeonato se terminó. Lautaro de Buin tiene mucho más que varios equipos de la Primera B: estadio, espacio para canchas, una sede, una parcela. Tener activos cerca de Santiago no es fácil y este club los tiene", destaca.

Ese desarrollo irá de la mano de la experiencia que Encinas acumuló como futbolista, como técnico y también como empresario. En la banca acompañó a Oscar Meneses en Universidad de Concepción, en una campaña que, en 2004, incluyó las copas Libertadores y Sudamericana. También estuvo con Marcelo Barticciotto en Audax. "El de la U de Conce fue un año feliz, con un gran grupo. Estaban Peric, Droguett, Figueroa, Paredes. Con un presupuesto anual de US$ 1 millón, enfrentamos al Cruzeiro de Rivaldo. A Audax llegamos un poco de rebote. Era tarde ya", explica.

Su otra vocación son los negocios. "Soy el mayor importador de pasto sintético, el que más canchas hace en Chile. También tengo una inmobiliaria, un gimnasio, que servirá para que entrene Lautaro y al que vienen Paredes y Figueroa. Me gusta estar vinculado al deporte. En uno de mis complejos, en Las Condes, funciona una escuela de fútbol de Colo Colo a la que van 180 niños.Estudié Educación Física, porque quería ser futbolista. Me di vueltas por varias carreras. Civil, Arquitectura, Matemática. Cuando jugaba, pensaba en Comercial", dice.

El inicio de los emprendimientos está vinculado a una figura emblemática del Cacique, Daniel Morón. Con el Loro, su concuñado, armaron una escuela de fútbol en 1993. Los siguientes pasos fueron una productora, la organización de ligas privadas, la incursión en el negocio del pasto sintético y la apertura de un complejo del que era el principal accionista. "La gente lo conoce como de Morón, pero era, en gran parte, mío. Lo mismo el del Rafa Olarra", resalta.

Sin embargo, su gran inquietud tiene que ver con la cancha. "Guardiola gana US$ 25 millones por año. Ya está forrado, pero sigue trabajando", compara. Por eso, busca modelos. Uno es Jorge Sampaoli. "Siempre me pregunto por qué le miran la parte no futbolística, siendo que es un crack. Si es deshonesto, que lo definan los tribunales. Ojalá que vuelva a Chile", sostiene.

De su paso por los albos en la exitosa década de los noventa, también quedaron nombres. "Mirko Jozic, a diferencia de lo que la gente cree, trabajaba muy poco. A los 15 minutos se iba al camarín. Lo que quiso proponer pilló a Barti muy bien, a Espinoza, a Margas, lo mismo,a Morón atajando todo. Ese plantel lo armó Jorge Vergara. Por eso valoro más lo que hizo Bielsa, que cuando le faltaba un lateral derecho inventó a Isla", destaca. A Vergara, el controvertido ex dirigente del Cacique, lo une una peculiar relación: "Soy bien amigo suyo, pero lo tengo bloqueado por intruso. Me agota. A Adomaitis (el actual técnico de Melipilla) le debe pasar lo mismo. No le hablo hace un año".

Lo que más refuerza, en todo caso, es su intención al llegar a Buin. "No estoy invirtiendo, lo hago por vocación. Ya habrá tiempo para ver los pormenores. Lo importante es que el equipo sea el mejor, lo mismo que la instalaciones y los viajes, y que los sueldos se paguen los 30. Si esas condiciones están, voy a estar. Para subir. No me interesa ser el dueño de Lautaro. Quiero ser técnico. Cuando sea accionista, voy a ser empresario declarado, no escondido. En el fútbol no estoy para ganar plata. Mi vocación es ser técnico, pero queda tiempo para definir mi función. Nadie gana plata con el fútbol. A lo más, puedes empatar, pero es tan pasional que uno siempre quiere estar", concluye.