Carlos Heller deja la U. La turbulenta llegada de Alfredo Arias, la nueva derrota del equipo, las bengalas de la hinchada quedaron en nada al lado de la noticia mayor. El presidente deja la institución, dice, derrotado por las amenazas de muerte recibidas en Concepción y que Carabineros ya denunció al Ministerio Público.
El máximo accionista lo anunció al concluir el encuentro en un improvisado punto de prensa: "Con mucho dolor tengo que decir que he decidido dejar Universidad de Chile a partir de ahora. Renuncio. La delincuencia ganó en mi país. Tengo amenazas de muerte en mi teléfono y personales, hace tiempo. En mi lugar de trabajo. Dejo en libertad a la mesa directiva para elegir un nuevo presidente. Las acciones legales las veré en la semana. Lo mejor para Universidad de Chile y mi familia. No voy a aceptar estas amenazas que le quita profesionalismo a la U. He dado todo por la U, es una injusticia. Nuevamente los delincuentes ganan y eso no lo voy a permitir".
Lo que le tocó vivir antes al dirigente terminó de agotar su paciencia. "Que se vaya Carlos Heller, que se vaya Azul Azul, que se vayan esos buitres, que no quieren a la U", cantaban los casi quince mil hinchas de la U que llegaron al Ester Roa. Sincronizados, a los 75' del encuentro, ya con 2-1 en el marcador, la barra estudiantil encendió y lanzó bengalas al campo de juego, en señal de protesta contra el manejo de la concesionaria.
Al mismo tiempo, el celular del máximo accionista recibió afiches de amenazas de muerte (los mismos que se entregaban en las inmediaciones del estadio antes del duelo) con la misma consigna que retrataron esta semana en la entrada del canal de televisión del empresario: "Heller, esto no es lo tuyo".
El reclamo no cesó en las graderías: "Fuera Heller, fuera Azul Azul", rezaba el lienzo, que observaban los jugadores con sorpresa, luego que el árbitro Roberto Tobar suspendiera el encuentro por minutos. Los incidentes provocaron que el máximo accionista del club abandonara el palco antes de que finalizara el duelo rumbo al camarín de la U. Es en ese lugar donde tomó la decisión con sus más cercanos. Habló con su familia. Y minutos después anunció que no seguiría al mando de la institución.
Heller había llegado a Concepción con ánimo apaciguador. A calmar el incendio abierto con la mentira que embarró la llegada de Alfredo Arias. Estaba preocupado. Llegó a hablar directamente con el técnico. Le entregó tranquilidad. Luego se reunió con el plantel. Explicó cómo se gestó la llegada del DT, en detalle. Los argumentos no suavizaron el malestar de los futbolistas. Se lo dijeron.
Luego fue la hinchada azul en el Ester Roa la que le transmitió el enfado. Con vandalismo, lienzos y bengalas. Y le doblaron. Heller deja la presidencia de la U cinco años después de asumirla y con una serie de malos resultados que lo terminaron condenando. La decisión tomó por sorpresa a todos. Hasta ayer, Heller aún no decidía si vendía las acciones o ponía otro director. La mesa debe convocar de urgencia una cita para definir al sucesor interino que saldrá entre los 10 miembros de la actual mesa, pero que debiese ser confirmado en el junta de accionista el 22 de abril. En principio, Mario Conca, vicepresidente, corre con ventaja para quedarse con la posición.
Las palabras en el adiós
"Con mucho dolor tengo que decir que he decidido dejar Universidad de Chile a partir de ahora. Renuncio. La delincuencia ganó en mi país. Tengo amenazas de muerte en mi teléfono y personales, hace tiempo. En mi lugar de trabajo. Dejo en libertad a la mesa directiva para elegir un nuevo presidente. Las acciones legales las veré en la semana. Lo mejor para la U y mi familia. No voy a aceptar estas amenazas que le quita profesionalismo a la U. He dado todo por la U, es una injusticia. Nuevamente los delincuentes ganan y eso no lo voy a permitir", fueron las palabras escogidas por Carlos Heller para anunciar su decisión a la prensa presente en el estadio Ester Roa.