Durante las últimas dos semanas, hasta que Djokovic lo bajó al suelo, Rafael Nadal hizo parecer el Abierto de Australia como su querido Roland Garros. Y de nuevo regresando de lesiones. Uno que siempre pensó que podría volver así -otra vez-, es Carlos Moyà (42), que habla con La Tercera sobre su papel dirigiendo al número 2 del mundo.

¿Algo de la final?

Djokovic es el más parecido a Rafa para manejar la presión. Tiene la devolución más peligrosa de la historia y un tenista tan fuerte mentalmente, como tan bueno para moverse en la cancha.

Nadal dice que usted le entrega otra visión del juego.

Trabajamos mucho en que sea un jugador más agresivo. Esa fue mi motivación principal desde que comencé con él. Y no se trata de pegar más fuerte o buscar más winners, si no en posicionarse mejor, más cerca de la línea de base. Para acortar los puntos, que corra menos y sufra un menor desgaste. Yo sé lo que le digo, luego lo que él cree importante ya es distinto.

¿Cómo analiza el progreso de su nuevo servicio?

Está funcionando. Rafa iba a comenzar a utilizarlo en París Bercy el año pasado, pero por la lesión, pudimos trabajarlo más. Ahora vemos los resultados. Con videos le mostramos lo que tenía que implementar y se fue sintiendo cómodo. Aún hay cosas que pulir.

¿Cambió en lo técnico?

Está más relajado cuando comienza a servir. No flexiona tanto las rodillas como antes, que le hacía perder energía. Y avanza más tras el golpe, aterriza unos 25 centímetros por delante de la línea, lo que le permite continuar el punto en mejor ubicación. Antes se quedaba en la línea. Así puede jugar más pelotas fáciles y usar su derecha. Cosas pequeñas marcan la diferencia.

¿Qué supone dirigir a un deportista de su talla?

He podido conocer más a Rafa desde adentro, veo las ganas que tiene de mejorar y la intensidad que le pone a los entrenamientos. Su espíritu de sacrificio es increíble, no da una bola por perdida. La manera en que se sobrepone a momentos malos, es algo que yo nunca vi antes. No hay nadie igual.

Tsitsipas dice que Nadal tiene el talento para hacer jugar mal al oponente.

Sí, y es una capacidad que está infravalorada. Es algo que no tienen muchos jugadores. Es verdad que Rafa tiene la ventaja de hacer sentir excesivamente incómodo al rival, por su juego. Murray también tenía eso.

¿Cuánto ayuda a su trabajo profesional que sean amigos?

Es importante tener la confianza para podernos decir con honestidad las cosas. Conocer bien tanto su entorno desde hace años, como a él como persona, ha sumado mucho a nuestra relación de coach a jugador.

¿Cómo proyecta su carrera de entrenador una vez que Nadal se retire?

No lo sé. Es difícil tener las mismas vivencias que estoy teniendo por estos días con él. Va a ser algo complicado.

A Ivanisevic ganar de coach le produce la misma satisfacción que de tenista.

No. Ganar como jugador es lo más grande que hay.

¿Cómo anticipa el regreso de Federer en arcilla?

Roger es tan bueno, que no tendrá problemas. Es la superficie que le incomoda un poco más, pero ya ha ganado. Se adapta.

En España no aparece relevo. ¿Le preocupa?

Será muy difícil mantener el nivel y la cantidad de jugadores que hemos tenido los últimos 20 años. Deberemos acostumbrarnos.

¿Cómo recuerda a sus rivales chilenos? Ríos, Massú y González exhiben mejor balance contra usted.

Bah, ¿de verdad? ¿Tengo récord negativo con los tres? Bueno, son grandes amigos, compartimos lindos momentos dentro y fuera de la pista. Con Fernando y con Nico sigo en contacto. Fueron jugadores muy especiales y pusieron a Chile en el mapa tenístico. Es una generación que muy difícilmente se igualará.