Carlos Palacios no aparece en el entrenamiento de Colo Colo de este viernes. El delantero también elimina todo vestigio de su cuenta en Instagram, en la que suele compartir imágenes y videos. Más tarde explicará, a través de un comunicado en una story de la misma plataforma que la decisión no estaba asociada a un eventual enojo con el Cacique, que horas antes había rechazado una millonaria oferta de Boca Juniors por sus servicios. Los argentinos llegaron a poner US$ 4,8 millones sobre la mesa para quedarse con el delantero, una pieza fundamental en el armado que Jorge Almirón logró instalar en los cuartos de final de la Copa Libertadores y que pelea palmo a palmo con Universidad de Chile por la punta del Campeonato Nacional.
“Si se amurró, es problema suyo, pero no puede olvidar que gracias a sus actuaciones en Colo Colo está en la Selección”, responden en Macul antes de entrar decididamente en el análisis de una operación que se mantiene en suspenso. Al jugador le seduce todo: desde la posibilidad de dar el salto, uno más considerando su paso por el fútbol brasileño, hasta que quien lo llame sea Juan Román Riquelme, el presidente xeneize y su principal ídolo futbolístico. Este sábado, por cierto, el ariete participó en la sesión de trabajo previa al duelo ante Everton, aunque no viajó a Viña del Mar. De todas formas, su ausencia obedecería a razones físicas. Salió con molestias en Barranquilla.
Cronología de un ‘no’
Este jueves era un día decisivo para el fútbol argentino. Para esa fecha estaba establecido del cierre del libro de pases en la competencia transandina. En Macul apuntan que Boca quiso actuar sobre esa urgencia y que ahí radica un problema fundamental para cristalizar la operación. La otra razón es estrictamente económica. ”El libro de pases se cerraba el jueves, pero a última hora llegó una oferta inferior a la cláusula de salida. Después, la subieron un poco, pero el punto no es ese. El punto es que una oferta de esa envergadura debe ser resuelta por el directorio. El ordinario era el próximo miércoles. Se citó un extraordinario para el lunes”, explican en Macul, en alusión a un procedimiento que también suelen ocupar en sentido contrario: cuando contratan cuerpos técnicos y refuerzos.
El desarrollo de la operación vuelve a tener un poco de margen. Como suele suceder en el fútbol transandino, la fecha límite cambió sobre la marcha. “Sin perjuicio que el día 22.08.2024 cierra la ventana del TMS de la AFA para incorporar jugadores provenientes del exterior, teniendo en consideración que la principales Ligas extranjeras cierran sus registros de inscripciones al 30.08.2024 y sin limitar esta resolución a la transferencia de jugadores al exterior o en el orden local, se transcriben las modificaciones adoptadas el día de la fecha”, informó la entidad que preside Claudio Tapia.
La repartición y la inquietud por Almirón
Aunque en el Cacique optan por reservarse los montos específicos, es fácil deducir que si la oferta más alta de Boca sigue estando por debajo de la cláusula de salida, ese acápite está fijado en al menos US$ 5 millones. Sin embargo, aún si el traspaso se realizara en un monto alto, Colo Colo debe evaluar costos y beneficios. En principio, porque no recibiría el total del monto: solo tiene el 60 por ciento de los derechos económicos sobre el jugador.
En ese escenario, en Pedreros se plantean qué tan conveniente es dejar partir a una de las principales figuras del equipo, más aún considerando que están peleando decididamente en el torneo continental que ganaron en 1991, pero en el que no eran protagonistas a este nivel desde 2018. Y se cuestionan, en ese sentido, de qué habría servido invertir en fichajes como los de Javier Correa, Mauricio Isla y Jonathan Villagra para terminar dejando partir a un elemento clave como Palacios. Esa postura, de hecho, es transversal entre quienes toman las decisiones en el club más popular de Chile.
Ahí cobra una importancia clave una reacción previsible: el potencial enojo de Jorge Almirón. “No quiere que le despotenciemos el equipo. Nos cuelga”, grafican.