No tenía otro objetivo en mente. Desde el aeropuerto de Pudahuel se fue prometiendo ser campeón y luego de 12 etapas en Arabia Saudita, Ignacio Casale cumplió. El Perro nuevamente se subió a lo más alto del podio del Dakar. Tal como lo hiciera en 2014 y 2018, el nacional se coronó campeón en los quads de la prueba de rally más difícil del mundo.

El piloto nacional fue arrollador desde el principio. Ganó cuatro etapas y el gran tiempo acumulado que llevaba le permitieron no sufrir tanto cuando en la décima jornada terminó en el puesto 16.

En la 12ª y última etapa, Casale terminó en el cuarto puesto, pero poco importó. Su ventaja era tal que incluso pudo hacer un tranquilo recorrido final en el desierto saudí.

El rendimiento del chileno fue tan bueno sobre su quad, que desde la primera etapa se mantuvo en la cima. Nunca la soltó. No dudó en las dunas ni en las rocas, tampoco cuando el luto empañó el Dakar con la muerte del motociclista portugués Paulo Gonçalves. "El resultado pasa a segundo plano", dijo aquella vez.

Felicidad

Casale volvió a lo grande. Después de un año recuperándose de algunas lesiones, luego de abandonar la competencia el año pasado, compitiendo en side by side, y después de decidir subirse nuevamente a los quads, el Perro consiguió su ansiado tricampeonato.

"Estoy muy feliz de estar acá. Hemos ganado, mi tercer Dakar. Fue una carrera muy difícil, muy larga. Tuvimos algunos problemas la segunda semana, pero pudimos solucionarlos de la mejor manera y lo más importante es que estamos acá en la meta, ganamos", dijo el chileno, extasiado.

Sudamérica y Arabia Saudita han sabido de las gestas del santiaguino. En su undécimo Dakar, el Perro por tercera vez se subió a lo más alto.