El martes, a las 19.30, el tribunal de disciplina de la ANFP escuchó los descargos de Colo Colo. Los seis miembros presentes por parte de la sede de Quilín, que opera de manera autónoma, atendieron a la defensa del Cacique, por cerca de 45 minutos. El caso candado y los insultos de Gil informados por el juez Fernando Véjar, en la caída del equipo de Quinteros frente a Palestino, fueron largamente discutidos. Se tomó nota, se hicieron consultas y se resolvió no dictar sentencias pues aún existen diligencias probatorias pendientes.

El candado de Macul sigue dando vueltas. Ayer, la defensa del Cacique se hizo presente frente a los miembros del Tribunal de Disciplina. Lo hizo por segundo martes consecutivo, luego de lograr absolver la semana pasada a Gustavo Quinteros, el DT del Cacique que fue expulsado por utilizar elementos electrónicos para reclamar cobros referiles. Ayer, sin embargo, la defensa del Cacique chocó con todo lo informado por Véjar, cuentan desde la ANFP. No calzan las versiones. Y por eso mismo, se vieron obligados a extender la investigación.

Blanco y Negro, a través de documentos, mostró la planificación que se realizó para el partido ante Palestino. Y, que de alguna manera, no coincidían con lo expuesto en el informe arbitral. En primer lugar, la concesionaria explicó el caso candado.

“Finalizado el partido, cuando logramos llegar a la puerta del camarín de árbitros, éste se encontraba cerrado con candado, lo cual provoca estar cinco minutos fuera de éste, teniendo que soportar gritos de funcionarios de Colo Colo. Al solicitar la llave nos indican ‘que nadie la tiene’ o ‘que se había perdido’”, dice el escrito de los jueces.

El Cacique reconoció que el utilero Nelson Pizarro intercambió palabras con el cuarto árbitro, pero aseguró en su dfensa que fue este último quien le ofreció combos al funcionario albo. “Lo invitó a pelear afuera”, dicen. Fueron separados por miembros del plantel del cuadro albo, que se percataron de cómo fue subiendo el tono de la conversación.

Las llaves del camarín las tenía Pizarro. El utilero, durante los últimos meses de pandemia, ha sido el encargado de mantener cerrado los vestuarios durante los duelos del equipo de Quinteros para evitar robos explicó la defensa de Colo Colo. Al momento de ser separado de la trifulca, Pizarro sacó sus llaves y las entregó a otro funcionario que abrió el camarín cerca de tres minutos después del incidente, explicaron en su defensa. No entienden el reclamo.

Otro de los puntos que no calza en la denuncia del juez hace relación con los insultos de Gil, que minutos antes había realizado frente a los medios de televisión. “Sale del camarín de su equipo, en ropa interior y sin mascarilla, de una forma desafiante y prepotente comienza a gritar ‘hasta cuándo nos van a cagar, todos los árbitros nos vienen a cagar, nos tienen que respetar, somos un equipo grande’. Teniendo que ser controlado por sus compañeros y personal de seguridad”, señaló el árbitro. Bajo este reclamo, en la concesionaria presentaron a modo de defensa la planificación del duelo exhibida a las autoridades, en la que se demostraba que por el aforo reducido se contrata el mínimo de guardias para cada encuentro. Y que estos se reparten entre la cancha y las entradas del estadio, evitando todo tipo de posible contacto con los jugadores. No había nadie considerado en los camarines, tal como asegura el informe.

El tribunal de disciplina decide alargar la decisión. Quiere conocer más detalles, aseguran. Más cuando Leonardo Gil y el Monumental pueden ser sancionado durante algunas fechas.

Parte del informe arbitral de Fernando Véjar.

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