La sudafricana Caster Semenya, la keniana Margaret Wambui y la burundesa Francine Niyonsaba, tres atletas con hiperandrogenismo, figuran inscritas en la reunión de Doha, que inaugura este viernes la Diamond League para correr el último 800 antes de la implantación, el 8 de mayo, de la normativa que las obligará a reducir su testosterona para competir en pruebas femeninas.
Dos días después del fallo del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) que rechazó el recurso presentado por Semenya y la Federación Sudafricana contra las nuevas regulaciones de la IAAF en materia de hiperandrogenismo, la reunión de Doha será la última cita de primer nivel en la que podrán competir sin restricciones hormonales.
Semenya, dos veces campeona olímpica y tres mundial de 800 metros, constituye el caso más relevante de un problema que divide a la comunidad científica y al mundo del atletismo desde hace años.
El fallo del TAS no extingue la controversia. La propia resolución del máximo tribunal deportivo considera "discriminatoria" la normativa que obliga a las atletas a reducir sus niveles de testosterona por debajo de los 5 nanomoles por litro de sangre, si quieren seguir compitiendo en categoría femenina, aunque reconoce que es un medio "necesario, razonable y proporcionado para cumplir el objetivo de la IAAF de preservar la integridad del atletismo femenino en las pruebas referidas".
Pero junto a Semenya, que el año pasado ganó en Doha los 1.500, se alinearán en la salida de 800 al menos otras dos atletas que presentan parecidas características hormonales. Niyonsaba, actual subcampeona olímpica y mundial de 800, confesó su particularidad en el Olympic Channel, y Wambui -bronce olímpico en Río- también se inscribe en esa nómina hiperandrogénica.
La carrera femenina de 800 adquiere especial protagonismo en las circunstancias actuales pero, curiosamente, la IAAF no habla de Semenya en la presentación del mitin, aunque sí lo hace la página oficial de la organización.
Por décimo año consecutivo, el Khalifa Stadium de Doha abrirá este viernes la temporada para los atletas de elite y la cerrará también, cinco meses después, con los campeonatos del mundo, del 27 de septiembre al 5 de octubre.
La capital catarí congregará a ocho campeones olímpicos y seis campeones mundiales.
Entre las participantes estará la mejor atleta mundial de 2018, la saltadora colombiana Caterine Ibargüen, de 35 años, que en esta ocasión competirá en longitud, una disciplina en la que, aunque no es la suya, el triple, tiene una gran marca personal de 6,93. Entre sus rivales, cuatro con registros superiores a los siete metros: la estadounidense Tianna Bartoletta, las británicas Shara Proctor y Lorraine Ugen y la australiana Brooke Stratton.
La Diamond League repartirá ocho millones de dólares en premios a lo largo de las doce reuniones y las dos finales (Zúrich, el 29 de agosto, y Bruselas el 6 de septiembre).
El acceso de los atletas a las finales se regirá de acuerdo con una clasificación por puntos. Los ganadores finales en cada una de las 32 disciplinas recibirán, junto al clásico diamante, sendos cheques por valor de 50.000 dólares y estarán clasificados automáticamente para los Mundiales.