Durante la jornada de este sábado, el Manchester City confirmó un nuevo título de la Premier League, luego de que el Arsenal cayera por la mínima ante el Nottngham Forest. Al conjunto dirigido por Pep Guardiola aún le faltaba por disputar sus duelos correspondientes a las jornadas 37, 38 y el pendiente de la 32, pero eso no impidió la celebración.
Sin jugar y en el hotel de concentración. Así vivieron los momentos de exaltación. Los Citizens se reunieron para ver el cotejo de su escolta y festejaron eufóricamente la derrota de los Gunners. El resultado significó la obtención de su tercera liga consecutiva y la quinta en las últimas seis.
Así, los ciudadanos alcanzaron su noveno campeonato inglés y el primero de los títulos que aspiran en esta temporada. Los pupilos del catalán buscarán conseguir un histórico triplete, pues aún se mantienen en carrera en FA Cup y Champions League. De hecho, deberán jugar las dos finales. El próximo 3 de junio, en Wembley, protagonizarán un nuevo derbi ante el Manchester United. En tanto, el 10 de junio, en Estambul, chocarán contra el Inter de Milán e irán por su primera Liga de Campeones.
Pasillo y victoria
Los festejos se trasladaron al Etihad Stadium. Y claro, el ambiente era el idóneo para una celebración de esta magnitud. Los hinchas colmaron las calles de Manchester y llegaron al recinto deportivo para vivir una fiesta en el enfrentamiento contra el Chelsea, un elenco que vive una realidad totalmente diferente.
Antes del inicio del cotejo, la escuadra londinense tuvo un detalle para homenajear a los campeones. Los Blues salieron anticipadamente del túnel y se formaron en dos filas para recibir a los jugadores del City. Así, los monarcas ingresaron al terreno de juego en medio del pasillo y los aplausos de sus rivales. Fue la primera de las tantas celebraciones del día.
Con una alineación alternativa, los Sky Blue, que vienen de una histórica goleada al Real Madrid en las semifinales de la Champions League, superaron al Chelsea. Solo 11 minutos le bastaron para marcar el único tanto del encuentro. Julián Álvarez adelantó a su elenco y selló la duodécima victoria consecutiva.
El pitazo final desató la algarabía de los hinchas ciudadanos. La parcialidad de la escuadra campeona saltó al terreno de juego para festejar y repletaron el césped. De nada sirvieron las llamadas de atención por los parlantes o los mensajes emitidos en las pantallas del recinto (”Por favor abandonen el terreno de juego inmediatamente”).
Lienzos, camisetas y muñecos marcaron la invasión. No obstante, con el pasar de los minutos, los hinchas despejaron la cancha y se dirigieron nuevamente a las tribunas para presenciar la entrega de la copa. Finalmente, el equipo levantó el trofeo y festejaron en el centro del campo con sus familias y amigos.