Perder por cinco goles de diferencia es humillante y doloroso en cualquier torneo. Que ocurra en un Mundial aumenta el lamento. Pero en la selección panameña se tomaron de otra forma su caída ante Inglaterra. Hasta los hinchas en el estadio gritaron felices y emocionados el descuento, cuando caían por seis. Es que para ellos lo importante era llegar a Rusia 2018, por lo que la primera anotación de su selección en una Copa del Mundo la festejaron como un momento histórico. El autor de tanta alegría fue el veterano Felipe Baloy, de padre chileno, y que vive sus últimos minutos con el combinado de Panamá.
Es considerado como el gran líder del equipo, pese a no ser titular en la última etapa. De hecho, cada vez que ingresa recibe la jineta de quien la estuviera portando como titular. Así ocurrió ayer a los 69', cuando reemplazó a Gabriel Gómez. Román Torres se le acercó y le entregó los galones.
Con 37 años y 120 días ya vivía un momento importante en su carrera (no jugó en el debut). Pero a los 78' entraría con el gol en la historia de su país, pero también en los registros estadísticos. El defensa se convirtió en el más veterano en anotar en su debut mundialista, superando a Martín Palermo, que en Sudáfrica 2010, anotó con 36 años y 227 días ante Grecia el día de su estreno.
Muchas razones para que en el plantel panameño sintieran que nada más merecido que fuera Baloy quien quedara registrado en los libros del fútbol panameño. "Era nuestro primer gol y se lo merece un compañero que ha dado la vida en la selección durante muchos años", dijo Gómez, el reemplazado por Machacado.
"Sentimos que es un hombre que está en sus últimos partidos. Y Dios le dio la oportunidad, por su profesionalismo, de marcar ese lindo gol", agregó el DT Hernán Gómez, quien recibió más de una critica por llevar al jugador del Club Social y Deportivo Municipal de Guatemala, dada su edad.
En 2016, el nombre de Baloy se escuchó para Unión Española. Estuvo cerca de los rojos. Que no ocupara plaza de extranjero por tener padre chileno ayudaba al interés, pero nunca se concretó. Su carrera sí lo ha llevó por Colombia, Brasil y México.
En tierras mexicanas cumplió muy buenas campañas, festejó títulos y adquirió la nacionalidad, sin perder la panameña.
Pero esa es su historia. El presente es extrañamente feliz, festejando tras una derrota por 6-1. Con 103 partidos por la selección y seis procesos eliminatorios, sabe lo que pasó en el Nizhny Novgorod Stadium. "Es un gol que quedará en la historia y un resultado que quedará en la historia", dijo tras la emoción y las lágrimas en la cancha, analizando que además de su conquista, no había que olvidar la abultada derrota sufrida ante Inglaterra.
Pero eso, a los hinchas panameños no les importa. Llegaron a la fiesta mundialista por primera vez. El jueves se despiden tras enfrentar a Túnez y pase lo que pase ese día, no se irán de Rusia con las manos vacías. Se llevarán el gol de Baloy.