Tenía que ser así. Con un golazo. Un tiro imposible. Esteban Paredes capturó un rebote en el costado izquierdo del área, aprovechó la inocente marca de Enzo Guerrero y, prácticamente sin ángulo, sacó un zurdazo impresionante que se coló por arriba de Fabián Cerda. El arquero de Palestino alcanzó a rozar la pelota, pero no pudo evitar el gol número 215 del Tanque en la Primera División de Chile. Una conquista preciosa, con la que el delantero de Colo Colo igualó la marca de Francisco Valdés, otro ídolo albo, como máximo artillero de la categoría. Fue a los 72', en el estadio Municipal de La Cisterna. El 7 blanco se subió a la reja para celebrar con la barra. Casi se puso a llorar. Todo terminó con una tarjeta amarilla por el efusivo festejo. No le importó.
Paredes pasó a la historia. El atacante formado en Santiago Morning ya es una leyenda viva. Pasaron 13.408 días, casi 37 años, para que alguien lograra lo que parecía imposible: alcanzar a Chamaco. Y es muy difícil que no lo supere. Casi imposible, tal como su zapatazo ante los árabes.
El capitán del Cacique, a los 39 años, lucha contra el cansancio, la edad y también contra la irregularidad de su equipo. Pidió el cambio luego del gol. Estaba agotado, pero feliz. Y aunque el empate final (2-2) le amargó la jornada, Paredes tiene motivos de sobra para celebrar como un grande.