El ambiente en Paris Saint-Germain no puede estar peor. Al margen de las constantes disputas de sus estrellas, el elenco galo no encuentra el rumbo futbolístico. Una crisis que refrendó la derrota por 1-0 ante Bayern Münich en la ida de los octavos de final de la Champions League, equipo que fue muy superior a los locales en el Parque de los Príncipes.
Desde el pitazo inicial, el planteamiento de ambos equipos quedó muy marcado. Bayern Münich, fiel a su estilo físico y provocador, se instaló en el campo del cuadro local para obligar a un error en la salida.
Ya antes de los dos minutos, el camerunés Eric Choupo-Moting ensayó un buen disparo desde lejos que pasó muy cerca del arco del italiano Gianluigi Donnarumma.
Fue el primer aviso del poderío del cuadro alemán que, con una presión alta y jugando al primer toque desnudó las debilidades de un equipo que hace rato está sumido en una crisis futbolística.
Después de un cuarto de hora de sufrimiento, el elenco galo logro equilibrar las acciones. Su última línea pudo tomar a los veloces jugadores bávaros, donde la presencia del español Sergio Ramos fue clave para ordenar y anticipar.
En los quince minutos finales de la primera etapa, el campeón germano volvió a apurar al PSG y estuvo muy cerca de abrir el marcador, primero con un cabezazo de Choupo-Motingy poco antes del descanso con un largo remate de Joshua Kimmich que controló Donnarumma en la línea.
Supremacía bávara
El monarca de la Ligue 1 se vio más fino en el inicio del tiempo complementario. A los 51 minutos, el mediocampista francés Warren Zaïre-Emery ganó la batalla en la banda derecha y centró para Neymar, quien no alcanzó a adelantarse al central Dayot Upamecano para dar con el arco.
Un par de minutos más tarde, el cuadro visitante logró encontrar el agujero en la defensa del equipo de la Ciudad Luz que, hasta ese momento, había podido detener el vértigo de los bávaros.
Fue el mundialista galo Kingsley Coman quien encontró el 0-1, tras rematar con el borde interno un centro preciso del canadiense Alphonso Davies, el mismo que Donnarumma no pudo contener, con cierta complicidad.
Entonces el partido se rompió. El técnico Christophe Galtier dispuso el ingreso de Kylian Mabppé, aún convaleciente de una lesión muscular, e intentó la remontada.
El camerunés Choupo-Moting volvió a ser protagonista y se generó dos ocasiones que bien pudieron convertirse en gol. Primero, con una volea que el meta de los galos salvó de manera perfecta. Y, luego, con un disparo que dio en el horizontal de Donnarumma.
En el tiro de esquina siguiente, el cabezazo de Benjamin Pavard que fue contenido por el exmeta del Milan, cuando los alemanes ya celebraban la segunda conquista para, prácticamente, cerrar la serie.
En los minutos finales, Paris Saint-Germain intentó apelar a la jerarquía de sus figuras para salvar la honra. Dos goles anulados a Mbappé son prueba de esa insistencia, en la primera el propio galo estaba en posición de adelanto y, en la otra, Nuno Mendes partió en offside antes de centrar para el gol de la estrella del PSG.
A seis minutos de final, un remate de Lionel Messi dio en la zaga de los alemanes, mientras el reloj seguía su marcha. Finalmente, el millonario cuadro de capitales qataríes no logró encontrar el gol para salvar el menos el empate.
Una ventaja mínima para los alemanes que deberán cerrar la serie en Bavaria, el 8 de marzo, en una versión del torneo en el que no valen los goles de visita en caso de igualdad de puntos.
En el otro partido de la jornada, Milan venció por la cuenta mínima a Tottenham de Inglaterra con el gol del español Ibrahim Díaz, cuando se jugaba siete minutos de partido.