Se pueden verter muchas críticas para Real Madrid, pero el espíritu de sus jugadores minimiza cualquier cuestionamiento. Tenían la serie de semifinales perdida ante Manchester City de Josep Guardiola, que ganaba 1-0 hasta casi los 90 minutos. Sin embargo, Rodrygo dio vuelta el marcador en segundos y obligó a una prórroga donde Benzema no falló para sellar el 3-1 y el 6-5 n el marcador global. El gigante de Chamartín va por su décimo cuarta corona en la Champions League, otra vez contra Liverpool, como en 2018.

El cuadro merengue aprendió la lección que le dio Guardiola, la semana pasada en la ida. Los de Carlo Ancelotti intentaron un juego más ambicioso, mano a mano contra la última línea de los Ciudadanos. Tanto, que antes de los 20 minutos, Karim Benzema y Vinícius Júnior ya habían tenido ocasiones para anotar el ansiado gol del local.

Pero el City equilibró la faena. Cuando funcionaban los circuitos entre Kevin de Bruyne, Bernardo Silva y Phil Foden; volvían a desnudar la fragilidad de la zaga de los españoles. Tanto, que parecía que los británicos podrían abrir la cuenta en cualquier momento.

Primero fue Silva quien obligó a una gran reacción de Thibaut Courtois en el primer palo, una parada que bien pudo enterrar de manera definitiva las opciones del más ganador de la Champions League. Al final del primer tiempo, el meta belga del cuadro madrileño volvió a salvar su portería, tras un gran remate de Foden.

Final histórica

Pero el reloj era el principal enemigo del Madrid. Algo que sus jugadores sabían, ya que antes del minuto de juego en el complementario habían llegado con rapidez al arco de Ederson, pero el remate de Vinícius se fue por poco.

Fue la tónica del segundo tiempo. El brasileño comenzó a desbordar permanentemente por la izquierda del ataque de los hispanos, pero nunca pudo entregar una pelota con ventaja a sus compañeros.

En esa improductividad se diluía el equipo español, cuando cayó el primer tanto de Manchester City. Una gran jugada de Bernardo Silva, quien corrió treinta metros con la pelota para abrir el pase a Riyad Mahrez, quien remató perfecto para el 1-0.

Era el minuto 73 y el local ya necesitaba dos goles para, al menos, forzar el tiempo suplementario. Carletto movió las piezas, pero su equipo nunca logró la profundidad en ataque que necesitaba para definir una llave tan complicada como la que plantearon los ingleses.

Es más, en los minutos finales, fue el visitante el que estuvo más cerca de aumentar las cifras. El ingreso de Jack Grealish le dio un nuevo aire al ataque celeste, pero la buena actuación de Courtois evitó que la deshonra fuera mayor, además de la suerte.

Pero no estaba todo dicho. En el último minuto del tiempo reglamentario el recién ingresado Rodrygo logró el empate que le dio una gran dosis incertidumbre a los seis minutos de recuperación.

Duelo de infarto hasta el final, ya que el mismo brasileño cabeceó de manera perfecta, sólo segundos después, para dejar el duelo 2-1 y obligar el tiempo suplementario.

Todo en la prórroga

En el inicio del alargue los dirigidos de Pep no podían salir de su asombro. Sobre todo, cuando Rúben Dias derribó a Benzema en el área, jugada que el árbitro Daniele Orsato no dudó en cobrar como penal.

Se jugaban los 95 minutos y el cuadro merengue otra vez daba vuelta un resultado con la conversión del galo desde los doce pasos. Nuevamente con una remontada histórica, tal como lo hiciera ante Paris Saint-Germain y el campeón Chelsea.

Encima cerró los caminos del los Citizens, puso mucha gente en el mediocampo y obligó a los británicos a mostrar su peor argumento: los centros al área.

Un desorden en el que el cuadro del catalán nunca pudo encontrar los caminos. El Madrid lo volvió a hacer. Se levantó cuando estaba en el suelo y con otra noche épica se mete en la décimo séptima final de su rica historia.

El Deportivo