Francia dio un golpe de autoridad en Münich ante un clásico rival. El campeón del mundo venció por la mínima al local Alemania en el inicio del Grupo F de la Eurocopa 2020, en un partido que tuvo siempre controlado. Resultado mezquino, que si no fuera por la línea del offside y el VAR, ubiera terminado en goleada para los dirigidos de Didier Deschamps.
Porque los azules ya conocen la lección. Juega de memoria y no se hacen problemas para dormir los partidos. Cuando los rivales creen que tienen el control, ellos pegan la estocada. Tal como lo hacía antes Alemania.
Porque la apertura del marcador para los galos, a los 20 minutos, no sorprendió a nadie. El campeón de mundo ya había avisado un par de ocasiones, con un cabezazo de Paul Pogabe en un córner y con la gambeta endemoniada de Kylian Mbappé, que exigió a Manuel Neuer.
Así, el autogol de Mats Hummels sólo fue un hecho de la causa. Y si había que poner más morbo a la situación, fue el mismo central que anotó en la eliminación de Les Blues, en los cuartos de final de Brasil 2014.
La apertura del marcador encendió a los locales, pero sus esfuerzos se limitaron a un cabezazo de Thomas Müller y un remate pifiado de Ilkay Gundogan. Al otro lado, el monarca de Rusia 2018 era más directo, Pogba dominaba las acciones en el medio y la velocidad era peligro constante para los teutones.
Resultado corto
En el segundo tiempo, la Mannschaft adelantó las líneas. Pero los dirigidos de Didier Deschamps lo tenían controlado, le entregaron la mitad de la cancha al cuadro germano, a sabiendas que la rapidez de sus jugadores podía hacer la diferencia en cualquier momento del partido.
Así lo explica el palo de Adrien Rabiot, a los 51 minutos. Y aunque Gnabry elevó la pelota en inmejorable posición, tres minutos más tarde, la verdad es que los galos siempre fueron un paso adelante. Tanto, que el golazo de Mbappé a los 66′ fue invalidado por una milimétrica posición de adelanto.
En el cuarto de hora final, la foto mostraba a los 10 jugadores germanos de campo bien adentro de la mitad de la cancha francesa. Momento propicio para el contragolpe galo, una bomba de tiempo.
En los minutos finales, el local esquivó otro balazo cuando Karim Benzema -uno de los artilleros de LaLiga con el Madrid- metió el segundo, antes de que el VAR dijera la contrario al percatarse de la posición de adelanto del habilitador: otra vez Mbappé.
Al final, el 1-0 fue un marcador de oferta para los dirigidos de Joachim Löw, quien tendrá mucho trabajar para despedirse con altura de su trabajo en la banca del tricampeón de la Euro.
El show de Cristiano
El puntero del Grupo de la Muerte no es otro que Portugal. El campeón vigente dio cuenta de Hungría por 3-0 en un estadio Puskas Arena de Budapest, abarrotado con 60 mil asistentes.
Pero el cuadro luistano recién pudo abrir la cuenta a los 84 minutos, tras el gol de Raphael Guerreiro. Desde ahí comenzó el show de Cristiano Ronaldo, quien anotó los otros dos goles del triunfo, a los 87′ de penal y el otro en el segundo minuto de descuento.
Con este doblete, CR7 se convierte en el primer futbolista en participar en cinco Eurocopas diferentes, se situó como máximo goleador histórico del torneo en solitario (11 goles) y superó a Iniesta y Cesc Fàbregas como el jugador que más victorias (12) ha logrado en la historia del torneo.