Charles Aránguiz vive un presente alegre en Universidad de Chile. El volante llegó en agosto y desde entonces se afianzó como titular en la escuadra de Gustavo Álvarez. Con fútbol, despejó todas las dudas que despejó sobre su estado físico. “La U es un equipo grande y las temporadas tienen que ser así. Tenemos la suerte que tenemos una final, clasificamos a la Copa Libertadores y ahora peleamos el torneo, eso es lo que tiene que ser la U cada año. No me sorprende, pero tiene que ser así”, enfatizó el mediocampista en diálogo con las redes oficiales del elenco estudiantil.

“Llegué a un buen grupo, no es casualidad que vamos a disputar una final y pelear el torneo, es el trabajo la unión grupal. Perdimos con Iquique y la semana fue igual, ese es el camino. Vamos día a día trabajando y lo primero es pensar en Ñublense, solamente en ellos. Después veremos a Everton y luego veremos si alcanzó o qué pasó”, añadió.

Charles Aránguiz jugando por la Roja. Foto: Photosport

Mirando hacia atrás, el Príncipe recuerda sus pasos por el extranjero. “Era un sueño salir de Chile, pero tampoco me volvía loco si no se llegaba a dar. En su momento estuve en la U tres años y creo que llegó el momento de salir, se dio la oportunidad de ir a Brasil, la tomé, conocí la cultura brasileña”, indicó.

Ahí recuerda el salto más importante de su carrera, a la Bundesliga, donde se mantuvo por siete años. “Después de un buen año en Inter, agregar lo de la Selección, se dio el paso al Bayer Leverkusen. Fue bastante rápido y lo enfrenté de buena forma porque se me daba la oportunidad. Luego me iba a mantener todo ese tiempo en el club, no lo esperaba”, relató.

En ese tiempo en Alemania, siempre se especuló con que Aránguiz podía saltar a un club de mayor resonancia. Sin embargo, esto no terminó ocurriendo nunca. Llegó a ser capitán del Leverkusen y finalmente salió por la seguidilla de lesiones que le impedían ser titular. Ahora el formado en Cobreloa revela por qué nunca se movió del elenco de las aspirinas. “Me rodeé de gente que pensaba como yo, tuve momentos complicados y ellos en todo momento me apoyaron. Me dieron la confianza y respaldo. Pude salir, pero mi decisión fue quedarme porque sentíamos lo mismo, estaba rodeado de gente que cuesta encontrar en este mundo, con una relación linda con el hincha y la gente del club”, sentenció.

En ese sentido, la comodidad que sentía en la institución fue algo clave para su determinación de mantenerse. “Es difícil salir de tu país, de tu familia, pero hay un tema cultural, cosas buenas, cosa que no te gustan, pero si pones en la balanza, las cosas afuera siempre son un poco mejor que acá. Tuve un crecimiento personal y familiar, como jugador destacó la disciplina, respetar horarios y a la persona que está al frente, hay muchas cosas por las que vale la pena quedarse allá”, agregó.