El Abierto de Estados Unidos sigue trabajando para que se dispute a partir del 31 de agosto hasta el 12 de septiembre, tal como se había establecido en el calendario de la ATP, a comienzos de temporada. Las autoridades del certamen analizan una serie de medidas de protección para evitar contagios por coronavirus.
De acuerdo a un reporte de The Associated Press, las autoridades contemplan implementar vuelos chárter para los tenistas de Sudamérica, Europa y Medio Oriente y la realización de pruebas de Covid-19 antes de subirse al avión, además de controles diarios de temperatura y una residencia fija en Nueva York. Tampoco está considerado que haya espectadores ni funcionarios en la cancha ni acceso a los vestuarios en los días de entrenamiento.
De todas maneras, estas determinaciones deberán ser ratificadas en la junta de la USTA, el organismo que maneja el tenis en Estados Unidos. “Continuamos, diría, 150% enfocados en organizar un ambiente seguro para llevar a cabo el Abierto de los Estados Unidos en el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King en Nueva York en nuestras fechas", dijo a AP Stacey Allaster, directora ejecutiva de la USTA, quien le quitó piso a la opción de otras modificaciones: “La idea de un lugar alternativo, una fecha alternativa... Tenemos la responsabilidad de explorarlo, pero no tiene mucho impulso”.
Sobre cuándo se debería ratificar la fecha, la funcionaría expresó podría ser a mediados o finales de junio.
La USTA quiere agregar vestuarios, incluso en las canchas cubiertas que albergaban cientos de camas de hospital temporales en el momento más álgido del brote de coronavirus en Nueva York. Asimismo, se planea mejorar la filtración de aire en los espacios existentes. Tampoco habrá acceso a los vestuarios hasta justo antes de un partido. Entonces, si alguien va a Flushing Meadows será solo para entrenar. “Vienes, practicas y regresas al hotel”, comentó Allaster.
Una vez que los jugadores lleguen a Nueva York, se realizará una serie de testeos. “Una vez que entren en nuestro, digamos, ‘mundo US Open’, habrá una combinación de cuestionarios de salud diarios, controles diarios de temperatura y algunas pruebas nasales o de saliva o anticuerpos”, agregó la funcionaria.
En tanto, los vuelos chárter saldrían de París, Viena, Frankfurt, Buenos Aires y Dubái y está considerado que los jugadores sean devueltos en vuelos privados a los torneos que se disputen a continuación.
Por otra parte, la organización planea restringir el número de colaboradores que acompañen a los tenistas. “Un jugador que viene con un séquito de cinco, seis, siete, ocho no es algo que está en el plan”, explicó Allaster. Una de las posibilidades a evaluar es que el torneo proporcione fisioterapeutas y masajistas.
Finalmente, se maneja la idea de utilizar menos jueces de línea y que los pasadores de bola sean adultos y no niños.