Una curiosa situación se vivió este domingo una vez finalizado el Gran Premio de Hungría, que terminó -como ya se ha hecho costumbre- con triunfo del neerlandés Max Verstappen, actual bicampeón de la Fórmula 1.
Todo parecía marchar de manera normal, y de acuerdo al protocolo establecido, en la ceremonia de premiación tras la culminación de la carrera desarrollada en el autódromo de Hungaroring, escenario de la undécima fecha de la temporada 2023 de la máxima categoría del automovilismo.
Sin embargo, entregados los trofeos respectivos para los pilotos que se subieron al podio -Verstappen (Red Bull), Lando Norris (McLaren) y Sergio Pérez (Red Bull), ocurrió lo impensado.
El británico, escolta de “Mad Max” en el circuito húngaro, procedió a agitar su botella de champagne para unirse a la celebración que ya llevaban a cabo sus colegas; no obstante, la vehemencia con la que la sacudió provocó que ésta diera en la tarima del escenario, ocasionando la caída del trofeo ganado por el neerlandés.
Producto de ello, la parte superior de la copa se quebró; sin embargo, lejos de generar algún tipo de molestia, las risas abundaron entre los pilotos.
De hecho Norris, protagonista del percance, agachó la cabeza y se tapó la cara, momento en que Verstappen aprovechó para abrazarlo, mostrando solidaridad con su colega.