Check list al trabajo de Cagigao en la Roja

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Francis Cagigao, director deportivo de las selecciones nacionales.

En enero de 2021, el español asumió la dirección deportiva de las selecciones nacionales, un cargo que hasta entonces no existía. Aunque a nivel adulto sufrió la decepción de no entrar deportivamente al Mundial de Qatar, el enfoque hacia el plano formativo aún ilusiona en Quilín.



En enero de 2021, Francis Cagigao irrumpió en el organigrama de la Roja. El español llegaba desde Europa para asumir un cargo que, hasta entonces, no existía: se transformaba en el flamante director deportivo de las selecciones nacionales. Su función sería transversal. Tendría a su cargo a todos los combinados nacionales. En sus manos recayó, por ejemplo, la designación de Martín Lasarte como el conductor de la Roja en el camino hacia el Mundial de Qatar. Y sobre sus hombros pesa aún el abrupto fin de las esperanzas de ver a la Selección entreverada con los mejores combinados del orbe, aunque esa posibilidad se sigue peleando en la justicia deportiva.

La segunda tarea del ibérico, igual de trascendente, es la de contribuir a la renovación del combinado nacional. O, más profundamente aún, a la formación del nuevo jugador chileno. Esa parte, que es la que más le seduce, responde a un trabajo diseñado metodológicamente, que tiene objetivos cumplidos y otros que, por distintas razones, están pendientes. Y que también ha permitido arribar a algunas conclusiones. La más ambiciosa es la convicción de cómo debe ser el futbolista chileno de un futuro no tan lejano. “A ese perfil se llega a raíz de un due diligence de seis meses, de ver fútbol, de reunirnos, de llegar a conclusiones de puntos débiles y fuertes del fútbol base. Lo de ADN es por llamarlo de alguna forma. Sobre todo, está basado en los puntos que el fútbol chileno debe potenciar más. Carencias que vemos generales, que se repiten en muchos equipos. Te doy un ejemplo: el jugador joven es muy dado a ir a la presión y no saber temporizar. Se pasan de largo y no les dan ninguna importancia a los duelos en la parte ofensiva. Cuando te rebasa el lateral y llega al medio campo y es el de Brasil, va a llegar al área, se la va a pasar a un Neymar y te la van a clavar a la escuadra. Se llega a esas conclusiones con cientos de horas de análisis de partidos, por parte de los cuerpos técnicos. El departamento de Identificación, Análisis y Scouting ha sido muy importante”, resalta el ex jefe de veedores del Arsenal.

Revisión profunda

El balance incluye 34 tareas. Las principales, que la evaluación de Cagigao considera cumplidas, parten por la conformación de los cuerpos técnicos para las categorías inferiores de la Roja, la separación de la Sub 20 del fútbol formativo para acercarla al trabajo del nivel profesional, el establecimiento de un código de conducta para las selecciones menores y la estimulación del ‘salto de etapa’, un paso que se considera vital en la aceleración del proceso de consolidación de las nuevas camadas. También resalta, naturalmente, la creación del departamento al que alude, un trabajo que recoge buena parte de su trabajo en el gigante londinense. Hay avances en el fútbol juvenil y femenino, que van desde ajustes salariales hasta la contratación de una preparadora de arqueras para Las Rojas o de un preparador físico para las selecciones femeninas Sub 17 y Sub 20.

En contrapartida, siguen pendientes aspectos también claves. En ese plano aparecen, por ejemplo, el fortalecimiento de la infraestructura, que va desde la instalación de canchas sintéticas de última generación en Quilín hasta el más ambicioso proyecto del nuevo Juan Pinto Durán; la evaluación del staff con criterios objetivos establecidos en conjunto con el área de Recursos Humanos de la federación; la existencia de un analista con master en big data aplicado al fútbol, la inversión en tecnología; la realización de scout específico para menores de entre 13 y 17 años y la creación de los combinados nacionales en categorías intermedias como la Sub 14 y la Sub 16. También se estipula la creación de un grupo de progresión, con jugadores de entre 15 y 18 años. “El check list está basado en todos los puntos que dije que iba a hacer. Cuando uno llega y llega en pandemia y luego hay limitaciones económicas que van frenando, uno no puede ir tan rápido como quieres. Hay cosas que han ido más lentas y hasta se han tenido que parar. El escenario no ayuda en la causa. Falta un poquito más de tiempo, pero todos se van a cumplir. En semanas o meses. Se está acercando a cumplir el objetivo. Diría que llegué a una federación que estaba completamente sin estructuras, donde nada era testimonial. La casa estaba de pie, pero sin amueblar y necesitaba mucha reforma. Entonces, está muy cerca de completar esa reforma. Hay que poner cosas como el techo y otras para que sea más bonita y más fuerte. Cimientos para mucho tiempo. Para siempre”, explica.

“El fútbol moderno no permite no tener estructura de análisis, scouting, métricas, data asociada a los informes. Eso no se puede permitir. Hemos dotado a la federación de todas esas cosas. Uno de mis objetivos claros era crear una Sub 23. Mucha gente se preguntaba por qué. Y yo respondía que tenemos una zona gris, jugadores que necesitaban un bagaje internacional. Ni siquiera mirando a los Panamericanos, sino más allá. Hemos sido el primer país de Sudamérica. Es una idea que le planteé a Berizzo en nuestra primera reunión. Eduardo la compró directamente. Hemos ido de la mano. Hoy no solo se ve como muy necesario, sino muy positivo jugar con una Sub 23 en regiones y acercar el escudo chileno al pueblo”, reluce Cagigao.

Presentación de Eduardo Berizzo como nuevo Entrenador de la Selección Chilena
Francis Cagigao en la presentación de oficial de Eduardo Berizzo como DT de la Roja. FOTO: AGENCIAUNO

Hay más señales, que van de la mano del proyecto original. “Se ha separado la metodología para tener una clara para cada categoría. Formar para ganar más adelante. Sin embargo, la Sub 20 la hemos acercado a la Sub 23 y la Absoluta para fomentar la competitividad. La otra es la alineación completa de todas las selecciones. Que trabajen conjuntamente, que haya flujo de información, que todo quede en la casa para cuando uno se vaya”, sostiene el español, en relación a la interacción que debe producirse entre los combinados y sus cuerpos técnicos.

Otro concepto innovador es el de masterclass, orientado a las etapas Sub 15 y Sub 16, que incluye la participación de ex seleccionados, trabajos en el campo de juego, reforzamiento de conceptos individuales y trabajo por líneas y en grupo y la generación de una interacción que, visto desde el punto de vista del otro actor, se transforme en un estímulo para los exjugadores que pretendan dar sus primeros pasos como entrenadores al alero de una estructura federativa. “Lo hemos hecho con Jean Beausejour y Mago Jiménez. La idea es que estos jugadores puedan participar en el ambiente federativo y que los chicos tengan el estímulo de trabajar con ídolos”, destaca.

El paso final será la creación de los Centros Regionales y de los torneos de la misma naturaleza, con el objetivo de ampliar la base de jugadores a tener en cuenta, principalmente de las edades más noveles, pues se considera que ahí es donde parte la identificación del talento que luego se moldeará a través de los distintos métodos de trabajo. “Es una idea en la que Pablo Milad me ha apoyado desde el principio. Desde que llegué elaboramos estas líneas maestras. Si bien no ha sido fácil, estamos llegando a ello”, estima. Por el momento, valora el rodaje que han tenido las promesas, a pesar de las dificultades que ha producido la contingencia sanitaria. “La cantidad de actividad que hemos sido capaces de generar en todas las categorías es importante. En Sudamérica hemos sido los primeros en comenzar a competir a nivel de selecciones en Sub 15 o creamos una Sub 16 para ir a Gradisca. Las chicas de la Sub 17 han vuelto de México, estarán en Italia. Ese bagaje internacional le va a servir”, resalta.

El traspié

En la gestión del europeo hay una mancha que solo un resultado favorable en Zúrich y luego en el TAS, a propósito del caso Byron Castillo, podría, al menos, disimular: la campaña en las Eliminatorias, en las que Chile terminó en el séptimo puesto, muy lejos de las expectativas. “Si alguien me hubiera dicho que mi objetivo era clasificar al Mundial como directivo, hubiera dicho que para eso no voy. Cuando llego hay un proceso iniciado no por mí ni por el presidente actual. Había una posición en la tabla. Llegué en una situación y más en pandemia, difícil de administrar”, sostiene Cagigao respecto de las exigencias que le plantearon al momento de contratarlo.

En esa reflexión, sin embargo, no elude la cuota que le corresponde y que está dispuesto a asumir. “Tengo mi parte de responsabilidad, siempre. Nunca la voy a eludir. La tenemos todos. Lógicamente, unos las tenemos más o menos. Yo no inicié el proceso. Sí que es verdad que teníamos tres semanas o un mes para contratar un cuerpo técnico. Eso es verdad, pero que alguien diga si es fácil. De la misma forma, si nos clasificamos para el próximo tendré responsabilidad por haber elegido y recomendado a Eduardo Berizzo. Para lo bueno y para lo malo todos somos responsables”, sentencia, procurando poner en la balanza todos los elementos para el diagnóstico de esa parte de su gestión.

Lo que no pierde de vista es la visión más amplia del proceso que encabeza. Una mirada que aborda, principalmente, la proyección del trabajo que está realizando y que. asegura, lo mantiene entusiasmado. “No se puede olvidar que para tener éxito hay que construir, hay que cimentar. En Bélgica tardaron 21 años de pasar del 50 y pico en el ranking FIFA al número 3. No es un trabajo que se hace de hoy para mañana”, concluye, convencido.

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