El Sprint del Gran Premio de Azerbaiyán terminó con un escándalo. En la primera vuelta de las 17, George Russel (Mercedes) golpeó con su neumático derecho delantero el monoplaza Max Verstappen (Red Bull), dejándolo con un agujero en el lateral. El neerlandés estalló después de la carrera, pues se enteró que el británico no recibió sanción y decidió encararlo. “No tenía agarre”, señaló el británico. “Nadie tenía, solo tenías que dejarme espacio”, contestó el bicampeón. “Ya sé”, replicó, dejando solo al de la escudería austriaca, que respondió enfurecido: “Espera lo mismo la próxima vez, imbécil”.
La situación llegó en medio de las tensiones que involucran al neerlandés y a su compañero, Sergio Pérez. Ambos pretenden pelear el certamen, algo que dejó claro el jefe del equipo, Christian Horner: “La prioridad sigue siendo traer a casa tantos puntos como sea posible aquí. Todavía estamos al principio de la temporada y no debemos desperdiciar ningún punto. Así que sumar puntos es el objetivo, pero los pilotos serán libres de correr aquí. Mientras actúan de manera decente y se respetan entre sí y al equipo. Hay mucho en juego”.
Checo pretende hacerse fuerte en el Circuito Callejero de Bakú, una vez más. El mexicano se impuso en el Sprint y sumó ocho unidades claves para la pelea por el título de la Fórmula 1. El mexicano tiene claros sus objetivos y quiere repetir la victoria de 2021. El año pasado, en tanto, dio el giro más rápido y llegó en segundo lugar. Al frente tendrá a su compañero de escudería, que llegó tercero y sumó seis puntos. Leclerc, que arribó segundo y obtuvo siete, arrancará desde la pole por tercer año consecutivo.
La jornada del sábado fue una advertencia para el resto de competidores, sobre todo para el monegasco, que pretende hacerse fuerte en Bakú. No obstante, aún debe superar a los favoritos en la carrera, que se han repartido las tres competencias de la temporada. En dos se impuso Verstappen, que lidera la tabla de posiciones con 75 puntos, y en una lo hizo Pérez, que lo sigue con 63 unidades. La diferencia es abismal con el resto de pilotos y la pelea por el título parece centrarse entre los compañeros de equipo.
Y claro que ambos lo saben. En ese sentido, en conversación con El Mundo, Checo se refirió a sus aspiraciones para esta temporada: “Estoy aquí para ser campeón, ése es mi objetivo. Mantener una buena relación con el equipo es importante, pero habrá un momento en el que deba pensar en ser yo y obtener el mejor resultado”, señaló en la previa.
El mexicano fue consultado por su competencia con Verstappen: “Hay que ser perfecto. Contra él no puedo dejar nada sobre la mesa. Max siempre maximiza el potencial del coche, si voy al 99,99% no será suficiente. Esta temporada es una oportunidad muy grande y lo afronto así. Me siento más cerca que nunca. Cada año es un año menos, tengo presente que estoy más cerca del final de mi carrera que del inicio”.