Pocas veces en el fútbol se ve una dupla tan afiatada dentro y fuera del campo como la de Giorgio Chiellini con Leonardo Bonucci. Sobre todo, en puestos tan complicados como el centro de la zaga, donde cada error se paga más caro y el entendimiento es clave para el éxito de Italia, el nuevo campeón de la Eurocopa.

Nada de eso parece complicar a ambos astros de la Juventus, quienes ya llevan una carrera impresionante de logros entre ambos. Giorgio llegó al club antes que su amigo, en 2005, desde la Fiorentina, justo cuando después de que los bianconeri fueran castigados a jugar en la B, en la temporada 2006-07, por arreglo de partidos.

Cinco años más tarde, lo haría Leo, después de varios años de ida y vuelta a préstamos efímeros desde la disciplina de Inter de Milán para luego ser transferido sucesivamente a Genoa y Bari, club de la Puglia que lo vendió a la Vecchia Signora, en julio de 2010.

Dupla exitosa

Desde la llegada de Leo, el entendimiento fue perfecto. “Son unos monstruos”, decía en la Gazzetta dello Sport Andrea Barzagli, la tercera pieza de la temida BBC, una de las líneas de tres más temidas de toda Europa.

Según el mismo matutino, entre ambos han disputado 336 partidos juntos entre duelos con la Juventus (donde jugaron junto a Arturo Vidal) y La Nazionale. Con el equipo de Turín levantaron 17 títulos, entre scudetti (8), Copa Italia (4) y Supercopa de Italia (5). Pero también vivieron con enorme tristeza las derrotas en la final de la Eurocopa 2012 ante España y la definición de la Champions 2017, contra el Real Madrid.

Dos fracasos que no hicieron más que reforzar el carácter de ambos en una sinergia perfecta que se erigió en el gran muro de Italia en la Euro. El gigante amable y carismático que lleva la jineta de la Azzurra, junto al zaguero más enérgico y temperamental, quien incluso dio el portazo a la Juve en 2017 para marcharse a Milan, pero al año siguiente regresó pidiendo.

Grandes amigos

Mancini supo formar a un equipo cohesionado, sin grandes estrellas, con muchos jugadores jóvenes, pero con liderazgos muy marcados. En esa elección la presencia de Chiello y Leo fue clave para mantener orden y disciplina. Chiellini, Bonucci y nueve más. Esa fue la premisa del técnico y los resultados están a la vista.

Amigos fuera de la cancha, celebraron juntos, con la cara llena de risa, la segunda Eurocopa en la historia de La Nazionale. Pero Giorgio no quiere más. Con 36 años terminó su contrato con la Juventus y decidió retirarse de la actividad. Entre risas, su gran compañero de más de una década y dos años menor dice que eso no ocurrirá.

“Ahora nos iremos de vacaciones juntos y yo le convenceré para que siga hasta el próximo Mundial de Qatar”, dice Leo a los micrófonos de SkySport, en la entrevista conjunta que dieron en la cancha de Wembley, en plena celebración.

Y en esa misma instancia, el capitán de la Azzurra dio la fórmula que los ha hecho tan exitosos: “Leo (Bonucci) y yo somos diferentes e intentamos explotar nuestras cualidades de la mejor manera. Somos personajes opuestos, pero si nos respetamos es porque dejamos ir nuestros defectos y tratamos de explotar nuestras fortalezas”.

Aunque como todos los amigos también han tenido disputas. Como hace cuatro años, cuando el menor de los dos se acercó a Lionel Messi para pedir una camiseta, situación que fue reprobada por el mayor. Aunque sólo quedó en una anécdota. Precisamente, en esas diferencias se basa el feeling entre ambos.