Un mal debut tuvo la selección chilena Sub 17 en el Mundial de la categoría que se disputa en Brasil. El equipo nacional, dirigido por Cristián Leiva, perdió 2-0 ante Francia, en Goiania, y la sacó barata. Sin mostrar un buen juego ni tampoco poder ofensivo, Chile empieza mal en Brasil.
Desde un principio, los criollos parecieron asumir su inferioridad ante el conjunto galo, que se alza como uno de los favoritos para ganar la máxima cita.
Por lo mismo, no resultó extraño que en los primeros minutos se dedicaran a aguantar y a esperar en campo propio al rival. El problema fue que prácticamente nunca salieron de ahí.
Los franceses, con mucho aporte inmigrante en su plantel, se adueñaron del balón gracias a su rapidez, potencia y buena técnica. La interesante proyección de sus volantes laterales y la vocación ofensiva de sus defensas daban la sensación de que la apertura de la cuenta era cosa de tiempo. Afortunadamente para Chile, los europeos no estaban muy finos en el área y el arquero Julio Fierro se mostró seguro cuando se le requirió.
El equipo de Leiva, quien reemplazó al renunciado Hernán Caputto, tenía serias dificultades para contrarrestar al rival, mientras que en labores ofensivas generaba poco y nada, ya que Alexander Aravena y Alexander Oroz estaban aislados, a la espera de un pelotazo. Se echaba de menos al goleador Gonzalo Tapia, quien fue a la banca por problemas físicos, aparentemente.
Pese a todo, fue Chile quien se generó la ocasión más clara de la primera parte. Oroz presionó la salida, capturó el balón y cedió para Aravena, pero el delantero de Universidad Católica estrelló su remate en el travesaño. Pudo definir mejor.
Aparte de alguna intentona individual, la Sub 17 mostraba poco y nada. De hecho, el trámite fue el mismo en el segundo tiempo, es decir, con Francia buscando los tres puntos, llegando por ambas bandas y haciendo correr al equipo nacional. Luis Rojas, quien tenía que ser el generador, rara vez tocó la pelota. Aun así, el empate se mantenía y el rival pecaba de falta de claridad en la última línea.
Hasta que el árbitro salvadoreño Iván Barton cobró un polémico penal. El centroamericano estimó que Vicente Pizarro, el capitán nacional, derribó a Brandon Soppy en el área, en una jugada demasiado fina. Los del Flaco reclamaron y esperaron que el VAR les diera la razón, pero no fue así. Lucien Agoumé no falló y convirtió en gol el dudoso penal.
A partir de ahí, todo se derrumbó para la Selección. Por un lado, el gol tiró a la basura el plan defensivo que dispuso el ex espía de Jorge Sampaoli; por otro, fue un mazazo anímico durísimo. Tanto, que en la jugada siguiente, Francia sentenció el partido. Gran habilitación de Adil Aouchiche y finiquito de Isaac Lihadji.
Chile esbozó una reacción, pero no generó peligro. Es más, decayó físicamente y se salvó de milagro de sufrir una goleada. Ahora, sumar ante Corea del Sur y Haití, el próximo rival, es urgente para la Sub 17.
Más tarde, Corea del Sur venció a Haití por 2-1, lo que dejó a la Baby Roja como colista del Grupo C.