A Chile no le sobra nada
La Roja recuperó la sonrisa tras vencer a Honduras, en un partido marcado por las polémicas arbitrales que favorecieron al combinado nacional. Arturo Vidal, en dos ocasiones, y Alexis Sánchez convirtieron los tantos de la Selección.
Chile: B. Cortés 4; M. Isla 4 (89', C. Pinares -), G. Medel 4 (90'+1', B. Kuscevic -), G. Maripán 4, J. Beausejour 2 (46', Ó. Opazo 4); L. Reyes 4, P. P. Hernández 5 (80', E. Pulgar 4); A. Sagal 3, A. Vidal 5 (58', D. Valdés 4), A. Sánchez 4; N. Castillo 4 (86', E. Paredes -). DT: R. Rueda 4.
Honduras: L. López 4; E. Izaguirre 3, H. Figueroa 4, M. Figueroa 4, B. Beckeles 4; A. Elis 4 (75', B. Róchez 4), A. Mejía 3, B. Acosta 4 (63', D. Flores 4), R. Quioto 4 (66', M. Chirinos 3); A. López 3 (63', J. Bengtson 3), A. Lozano 3 (71', A. Banegas 3). DT: R. González 3.
Goles: 1-0, 8', Vidal concreta el rebote que da el arquero tras un cabezazo de Alexis; 2-0,35', Vidal, con penal por grosero error del árbitro; 2-1, 40', López, asistido por Elis; 3-1, 61', Sánchez, en segunda instancia, luego de otro penal mal sancionado por Espinoza: 4-1, 84', Castillo, con penal; esta vez, sí pitado con justicia.
Árbitro: Michael Espinoza (PER) 1. Amonestó a Beausejour (CH); Quioto(H).
Estadio Germán Becker. Asistieron 17 mil personas, aprox.
La primera lectura que se puede del triunfo de Chile sobre Hondura por 4-1 es que al menos el 2018 se cierra con una sonrisa, después de meses tormentosos para Rueda y la Selección. Pero si se va un poco más allá de lo numérico, lo cierto es que las dudas futbolísticas en torno a la Roja se acrecientan y que mucho tuvo que ver el arbitraje en lo sucedido en el Germán Becker. Porque más allá de lo holgado que muestra el marcador final, a Chile le costó demasiado quebrar a un discreto rival y que en esa lucha mucho tuvo que ver la actuación del juez.
Y es que el peruano Michael Espinoza, el árbitro del compromiso. influyó decisivamente en el desarrollo, al punto de que le regaló un penal a Chile en el primer tiempo, le sancionó otro más que dudoso en el segundo tiempo y le perdonó la vida a Jean Beausejour a poco de iniciar el compromiso. Entonces, a partir de todos estos antecedentes, resulta complejo analizar un partido que se distorsionó por culpa del juez.
Es cierto que Chile encontró rápido la apertura de la cuenta gracias a un oportuno Arturo Vidal, quien aprovechó un rebote que dio el portero hondureño tras un cabezazo de Alexis Sánchez. Y que dejaba la sensación que esta vez sí podría asomar una versión más alentadora del equipo. Pero aquel furioso arranque duró poco. Especialmente porque los desacoples defensivos, que no se solucionaron con la ubicación de Gary Medel como zaguero central, le abrieron una ventana a la visita. Mucho tuvo que ver en ello la falta de fútbol de Jean Beausejour, el peor de la defensa de Rueda. Si logró sobrevivir al descanso el lateral de la U fue sencillamente porque el árbitro peruano no lo quiso expulsar por una criminal patada a metros del área de Cortés. Una acción que en la génesis mostró la peor cara del moreno, con un mal control tras un pase sencillo de Medel.
Aquel fue el primero horror de Espinoza, que después volvería a mostrar su descriterio cobrando un penal por una mano de Henry Figueroa. El punto es que la falta fue dos metros fuera del área, a vista y paciencia del juez, que decidió sancionar igual la pena máxima. Vidal volvería a inscribir su nombre en el marcador, esta vez desde los 12 pasos. Con el partido absolutamente distorsionado y con un rival condicionado por el árbitro, Chile encontró por momentos los espacios en ataque que se le venían negando en los últimos partidos. Sin embargo, los delanteros nuevamente mostraron su inoperancia frente al arco rival.
Un nuevo error de Beausejour esta vez sí fue aprovechado por la visita para marcar el descuento antes de finalizar el primer tiempo. Chile sintió el golpe. Rueda acomodó el equipo para el segundo tiempo con dos líneas de cuatro, sacando a Sánchez de la zona izquierda y dejándolo con absoluta libertad de desplazamientos. La idea era clara: no se podía arriesgar más de la cuenta. Y como el gol tranquilizador no llegaba de jugada, otra vez Espinoza metió la mano sancionando otro penal, tras una mano dudosa en el área. El Niño Maravilla esta vez fue el ejecutante y en doble instancia puso el 3-1. Y como no podía ser de otro modo, un tercer lanzamiento desde los 12 pasos, esta vez sí tras una mano clara, le permitió a Castillo decretar el definitivo 4-1.
Chile cierra el 2018 con una leve sonrisa, pero con más dudas que certezas para un año donde no habrá espacio para más pruebas, con la Copa América y el inicio de las Eliminatorias como fechas marcadas a fuego. Habrá que ver si Rueda será capaz de recuperar la identidad de una Selección que por ahora se instaló en un pozo futbolístico preocupante y del que le está costando salir más de la cuenta.
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