El debut no pudo traer sonrisas para Las Rojas. Chile intentó competir contra el poderío de Gran Bretaña, pero terminó quedándose atrás en el marcador y en la cancha. Un 2-0 que deja al elenco nacional dolido, pero con vida. La defensa nacional fue el gran fuerte, pero el trabajo ofensivo la deuda más clara en una madrugada histórica para el fútbol nacional. Hoy fueron olímpicas.
Y en medio de un Sapporo Dome vacío, confinado, sonó el himno chileno por primera vez en estos Juegos. Un momento emotivo que le avisó a los 17 millones de chilenos que la cita deportiva más importante del planeta ya estaba aquí. Las jugadoras lideradas por su capitana Christiane Endler, abrazadas en fila, con una mezcla de nerviosismo y hambre, viviendo un momento con el que soñaron infinitas veces antes de pisar el césped japonés. Emocionadas todas, con el imagen icónica de Carla Guerrero soltando más de una lágrima. Una postal que recrearon en sus cabezas una y otra vez. Un recuerdo que quedará siempre grabado.
Es por eso que jugaron esos primeros minutos con ímpetu y coraje. Con la camiseta puesta y las pulsaciones a mil. Enfrente estaba una potencia mundial, que ya rápidamente dejó claro que iban a ser ellas las que pusieran las condiciones. El juego de Chile fue combativo, resistente. Pero los ataques cada vez eran mayores, y en el mediocampo la distribución y tranquilidad británica eran imposibles de superar.
Ahí era cuando destacaba la defensa nacional, quienes intentaban sacar adelante a un equipo que jugó gran parte del encuentro en su zona. El primer aviso llegó a los 10′ cuando un offside silenció las celebraciones de Gran Bretaña. Ocho minutos después la estocada definitiva.
Ellen White aprovechó su experiencia, y la displicencia en la defensa nacional, para empujar el balón dentro del arco de Endler. Un tanto que era justo por lo mostrado y que complicó a Chile. Fueron minutos tensos, donde tuvieron que contener a unas europeas cada vez más profundas y agresivas.
Las Rojas por su parte seguían al debe en el ataque, una falencia que no pudo nunca superarse. Opciones claras no tuvieron, jugadas ofensivas trabajadas, tampoco. Así es muy difícil poder remontar y es una lección que el equipo de Letelier debe asumir. El trabajo defensivo es altísimo, pero en las zonas finales falta creación y dinamismo.
Fue así que al final el encuentro estuvo siempre jugándose más cerca del arco chileno, algo que a la larga iba a provocar otro descuento europeo. Uno que llegó en el 73′ cuando la delantera del Manchester City volvió a anotar. Un monologo que fue imposible de romper y que se explicaba no solo por el talento técnico del combinado de la isla, sino que también por la diferencia física entre las escuadras. Las británicas jugaban a una velocidad diferente, dando con una intensidad imposible de igualar. Así el 2-0 quedó fijo en el marcador el estadio mundialista de 2002.
Con esto el viaje del equipo femenino de la selección parte con una derrota. Una que si bien duele, también marca otro paso más de esta camada de jugadoras. Fue la primera vez que la selección jugó en el evento deportivo donde todos sueñan estar y donde por consiguiente hay que enfrentar a los mejores equipos del planeta . Al frente estuvo un rival gigante, de otra realidad, pero que es el horizonte que hay que mirar si el objetivo es comerse el mundo. Ahora viene Canadá, un partido de vida o muerte para mantener la ilusión olímpica. Chile batalló con sus cartas, pero no fue suficiente. Hoy toca masticar el dolor de la caída, pero mirarse las heridas y aprender de ellas.