Chile se une a la gala
Las Rojas llegan a Rennes luego de un viaje breve y agitado. En París, Francia golea tras una inauguración de recursos escasos.
La fiesta comenzó en París, con la ceremonia inaugural de la octava edición de la Copa del Mundo en el estadio Parque de los Príncipes, donde Les Bleues goleaban luego 4-0 a Corea del Sur. Sobre los cielos de Francia, sin embargo, una de las cuatro selecciones debutantes en la competencia, Chile, completaba el trayecto entre Múnich y Nantes, desde donde se traslado por carretera hasta Rennes, la capital de la región de Bretaña.
No se trató de una travesía aérea sencilla, pues hubo muchas turbulencias y los rostros de preocupación abundaron en el equipo de José Letelier. Incluso, en el arribo, violentas ráfagas de viento barrían la loza del aeropuerto Nantes Atlantique. Se trataba de un frente meteorológico que afectó a buena parte del país del Hexagono y que complicó el desarrollo de Roland Garros e, incluso, hasta significó ventoleras en el torneo Maurice Revello, en el extremo sur galo.
Luego de recorrer los 113 kilómetros de carretera hasta Rennes, el plantel fue recibido en el hotel por un grupo 15 niñas del club J. A. Mordelles que realizaron una coreografía de bienvenida con la canción de Ricky Martin La Copa de la Vida, himno de Francia '98. Fue el momento del relajo, de una merienda y a descansar. Hoy realizarán la primera práctica en el complejo deportivo Edmond Blanchet, en la localidad de Bedeé.
Modesta apertura
En París, en tanto, se desarrolló un espectáculo de apertura más bien modesto y con la joven cantante Jain, de gran éxito pero muy casero, como atracción principal. Y aunque muchas veces se critica la escasa creatividad de las inauguraciones de los mundiales masculinos, en esta ocasión el asunto fue muy sobrio y marcado por el manejo de recursos escasos. Rusia 2018 produjo ingresos por US$ 4.000; Francia 2019, se espera que supere apenas los US$ 130 millones.
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