Al todo o nada. La selección Sub 17 sabía que no quedaba otro camino que vencer a Venezuela para seguir con el sueño intacto de clasificar al Mundial. Ambos equipos llegaban con dos derrotas en el cuerpo, por lo que a ninguno de los dos les servía otro resultado que no fuera ganar. La mojada cancha del Olímpico Atahualpa de Quito fue el escenario de un duelo que no estuvo ajeno a los nervios de una situación tan límite y que Chile otra vez no supo aprovechar, lamentando una derrota por 2-0 que lo deja con pocas opciones de alcanzar la cita planetaria.
La Roja se hizo del balón en los primeros minutos, lo que también significó un riesgo. De hecho, a los 8′, un gran error posicional chileno permitió que Leenhan Romero arrancara sin marca y enfrentara al portero Francisco Valdés, su compañero en Universidad Católica. Sin embargo, el volante falló en la definición e increíblemente mandó el balón afuera de la cancha. Fue la más clara de la Vinotinto y un llamado atención ante los espacios para la zaga.
La tónica del primer tiempo se mantuvo con el equipo de Hernán Caputto teniendo el balón e intentando asociarse de mitad hacia adelante a través de Ignacio Vásquez, Milovan Celis, Francisco Marchant y Benjamín Ampuero. El dominio, eso sí, no se tradujo en ataques tan profundos y de hecho Áxel Cerda, quien ocupó la plaza de Alejandro Hales, estuvo bien custodiado. Una de las más destacadas llegó en el minuto 39, cuando Vásquez probó de distancia al arquero Jorge Sánchez, quien reaccionó de buena manera frente al remate del chileno.
Sobre el final del complemento, los llaneros se animaron e hicieron trabajar al muy buen arquero nacional, quien logró recuperarse del pisotón que recibió en el lance ante Ecuador y que lo obligó a salir entre lágrimas del terreno de juego. Sin embargo, el cero no se movió y ambos se fueron al descanso con un resultado que de poco les sirve, sobre todo tomando en cuenta que Paraguay sumó su primer punto en el preliminar tras igualar sin goles ante Argentina.
La contundencia de la Vinotinto
Para darle más épica al cotejo, una lluvia torrencial se dejó caer junto con el inicio del segundo tiempo en la capital ecuatoriana. Paralelamente, Caputto mandó a la cancha a Diego Opazo para otorgarle mayor presencia ofensiva al equipo. Eso en cierta medida se logró, pero también con el correr de los minutos el césped se puso más pesado, lo que combinado con los 2.850 metros de altitud, hizo que el desafío se pusiera cada vez más difícil.
Y, para colmo, habría otro ingrediente que pondría cuesta arriba: nuevamente Chile pagó muy caro su impericia en el área rival. Luego de un córner, vino lo peor. Un rebote tras un córner le quedó a un destapado Rai Hidalgo para definir en el área con un potente remate. Corría el minuto 70 y la Selección se quedaba sin margen de error y con la presión de ir a buscar el empate.
Si antes del gol venezolano, la Sub 17 mostraba ripios e imprecisiones, los nervios de acentuaron al ver que se esfumaba el sueño de ir al Mundial, ya que si bien matemáticamente hay alguna opción, futbolísticamente el nivel está muy lejos de pelear algo más. Más si el próximo rival es Brasil, precisamente el gran favorito para ganar el Sudamericano.
Ese escenario tan crítico hizo que fuera predecible que cayera la segunda cifra. Y así fue. A los 84′, el recién ingresado Enmanuel Meléndez sacó un remate espectacular de media vuelta que se coló en el ángulo de Valdés. Partido sentenciado. Ahora solo un milagro puede poner a la Roja en el Mundial.