Pablo Lemoine (44) pasará a la historia como el head coach del primer equipo profesional de rugby chileno. El uruguayo, que ya dirigió a los celestes en el Inglaterra 2015, vino para hacerse cargo del desarrollo de los Cóndores, pero también de todo el rugby chileno. Por eso asumió la cabeza del Selknam, la franquicia nacional que disputará desde la próxima semana la Superliga de Rugby, el primer torneo de clubes profesionales de Sudamérica.

¿Cómo ha sido la preparación del equipo?

La iniciamos en diciembre, en la postemporada. La base de Selknam, que son los jugadores chilenos, entrenaron hasta el 21 de diciembre, lo que nos permitió tener más aire a principios de año.

Comenzaron más retrasados.

Es que en nuestro caso, a diferencia de otras franquicias, la base ya estaba trabajando desde antes. Desde el 15 de enero comenzamos a trabajar ya en la parte técnica, la construcción del plan de juego, y ni hablar de la parte física, donde seguimos subiendo escalones aprovechando la supercompensación tras el descanso.

El fondo físico es el gran problema de los equipos chilenos.

Cuando era entrenador de Uruguay y miraba a Chile, me daba cuenta de una realidad donde claramente había baches. No porque hubiera un déficit físico inicial, sino que con el correr del partido se iba notando. Eso era por la falta de competencias internacionales, no porque no se entrenara. Ahora, encuentro al revés la situación, porque los jugadores vienen con una muy buena base. Hay una cultura de entrenamiento en los rugbistas, y lo que hemos conseguido es canalizar esa cultura para el alto rendimiento. Muchos de los chicos han reaccionado bien. Hasta me atrevería a decir que tenemos una ventaja física ante las otras franquicias.

¿Cambió la actitud de los rugbistas ahora que son profesionales?

Lo que hicimos con Lulo (Cristian Rudloff, presidente de Chile Rugby) es fomentar la política del rugby profesional. Armamos una academia profesional de la federación, con la mayoría de los jugadores recibiendo una remuneración o beca por entrenar con nosotros. Por eso, no hay que hablar solo de Selknam como un equipo profesional, porque lo que estamos buscando con esto es que el seven también tenga un impacto de jugadores profesionales. Esa es ahora la gran diferencia: estamos entrenando a mejores horas, con más tiempo para estar juntos y con un perfil mucho más enfocado en el profesionalismo.

Usted fue profesional. ¿Qué experiencia le transmite a sus discípulos?

Una de las cosas que hemos hablado con ellos es que el profesionalismo no es solo plata, sino que lo importante es tener una mentalidad de profesional. Los chicos no hacen esto por dinero, sino por vivir esta experiencia y acompañar el crecimiento de este proyecto de Chile Rugby. Todo eso va a potenciar el rugby chileno y de la región, también a los clubes. Esto dejará mucho, es una muy buena estrategia del directorio de la Federación.

¿Qué le parece la Superliga profesional como proyecto deportivo para Sudamérica?

Es un gran acierto. Sudamérica, en su mayoría en Argentina, pero Chile también, se ha transformado en una usina de jugadores, pero que muchas veces no tenían mayores desafíos que jugar en sus clubes, su selección y migrar a Europa, a una liga mejor. El problema es que muchas veces los chicos se desenfocan y terminan jugando en un club europeo de tercera división. Creo que la creación de esta liga da un paso intermedio entre migrar para jugar profesionalmente y el desarrollo de las selecciones. En la liga habrá jugadores que no están en selecciones, pero que sí están en etapa de desarrollo y ese es el objetivo de esto. Yo fui jugador profesional y me tuve que ir a Europa para encontrar eso que me despertaba. Me hubiese encantado tener una plataforma como esta. Creo que es un agente motivador para las generaciones que vienen.

Y para usted también, que ahora tendrá muchos más jugadores para armar la selección.

Tengo que buscar el desarrollo del rugby. Tenemos jugadores de Arica, de Antofagasta, originarios de Rapa Nui… El potencial del rugby en Chile es muchísimo más del que hoy somos capaces de captar. Hemos tenido unas captaciones de talento nacional en las que me he sorprendido. Conocí tipos que están dispuestos a mudarse cerca de un centro de alto rendimiento y la política de la federación es acompañar esas ganas. Por eso es que estamos trabajando para el próximo año tener centro de entrenamientos regionales para aportar un nivel determinado a ciertos jugadores chilenos. Así, el rugby va a permitir estructuras que funcionen todo el año. Chile tiene mucho potencial, solo hay que saber captarlo.

¿Cómo influirá la presencia de los jugadores extranjeros?

Los extranjeros fueron colocados en puestos claves para que ayuden a desarrollar el juego a nuestros jugadores. El rugby necesita jugadores que tomen buenas decisiones y eso no está tan desarrollado, pero con estos jugadores vamos a poder subir el nivel. La selección se ha encontrado con una barrera en ese sentido, porque hemos tenido muchos partidos con la posibilidad de ganarlos, pero por errores en decisiones claves no hemos podido. Con los chicos que vienen de afuera al Selknam esperamos que eso se pueda mejorar.

¿Quién es el candidato a ganar?

La liga será pareja, pero Ceibos es claramente el candidato. En verdad, ellos son Argentina XV, que el año pasado fue Jaguares XV, aunque ahora jueguen con otro nombre. Claramente, parten con ventaja. Pero todos nos hemos esforzado de armar equipos competitivos y todos daremos mucha batalla. Eso es seguro.