Arturo Vidal no es el único chileno que ha llegado este año a revolucionar el Barcelona. Los catalanes, siempre interesados en mejorar su fórmula para ganarlo todo, desde abril cuentan con otro criollo, uno mucho más austero y tímido que el Rey, pero que busca conseguir una innovación tanto o más importante que la del mediocampista.

Su nombre es Luis Vergara (35) y, aunque es internista, su pasión por el deporte lo ha llevado a hacerse reconocido como uno de los deportólogos nacionales más destacados. En Chile, estuvo a cargo durante cinco años de todo el aparataje médico del Maratón de Santiago y el Ironman 70.3 de Pucón, donde a lo menos tres personas ahora le agradecen por haber salvado sus vidas con la idea del desfibrilador móvil, vital para evitar las muertes súbitas.

Pero no es por eso que en La Masía lo escuchan. No es por sus innovadoras prevenciones en carreras masivas, sino porque ha creado un protocolo que pretende, en base a una rigurosa alimentación, reducir el tiempo de recuperación y puesta a punto de los jugadores lesionados; el santo grial de la medicina deportiva, siempre investigando la forma de rehabilitar lo antes posible a los cracks mundiales.

Su arribo fue bastante típico. Durante 2016 y 2017 realizó un Máster en Nutrición Deportiva en la Universidad de Barcelona y entre sus opciones de práctica estaba realizar una con el Barça, aunque para eso primero debía ser seleccionado. Solo habían dos cupos, que peleó contra otros 50 candidatos. La selección fue por notas y por proyectos. Esta última fue la vía en que ingresó: "Presenté un proyecto que en realidad era mucho más que mi práctica, de mucho más largo plazo. Y además era el mismo tema de mi tesis final. Quise que fuese un aporte, algo que al club le sirviese a futuro".

Ricard Pruna, responsable médico del área fútbol de los culés, fue quien se interesó más por su proyecto, cuenta Vergara. Y está claro el porqué. "Está ideado para deportistas que sufran lesiones que requieran de una recuperación superior a cuatro semanas, porque con ellas se genera atrofia muscular y aumento de peso por acumulación de grasa, por no hacer ejercicio", detalla el médico.

El procedimiento, aún en período experimental, se fundamenta completamente en la evidencia científica. "Aquí no hay nada naturista u homeopático. El protocolo consiste en dar una pauta alimentaria con alimentos que promuevan la desinflamación y, por otra parte, dar la cantidad de proteínas y suplementos alimenticios necesarios para evitar al máximo la atrofia muscular y la acumulación de grasa abdominal". El tiempo extra para ponerse a punto, dice Vergara, también se reduce junto a su tratamiento. Su pauta, además, se aplica a todo el club, desde las series infantiles hasta el primer equipo.

"Les hago un seguimiento a todos los jugadores cada semana. Mido su composición corporal, que es calcular el porcentaje de grasa y masa muscular", explica. Su meticulosidad es tal que incluso sigue con mensajes personales a los jugadores para poder ver en cada momento cómo va su evolución. Eso sí: "También influye el aporte de la fisioterapeuta, los readaptadores, (kinesiólogos especializados en la vuelta a la cancha). Este es un aporte al trabajo multidisciplinario que hace el club para recuperar a sus jugadores".

Carles Aleñá, mediocampista recién ascendido al equipo profesional, fue el primero en conocer del método. "Tenía una desinserción en los isquiotibiales, que es algo muy duro de recuperar. A los tres meses ya pudo volver a entrenar", asegura.

Vergara prepara junto al club dos publicaciones en revistas científicas internacionales. Se entusiasma con lo que podría venir. "Por el momento estoy como asesor externo, pero mi meta es seguir aportando aquí o en cualquier otro gran club".