Hace tres semanas, Alexander Zverev (4º, 21 años) tumbaba a Roger Federer (3º) -en semifinales- y a Novak Djokovic (1º)-en la final- sin ceder un solo set, logrando el mayor éxito de su novel carrera: el Masters. Mientras levantaba el trofeo en Londres, detrás, apoyando al espigado tenista de 1,98 m, lo escoltaba su equipo, liderado por el entrenador Iván Lendl, exnúmero uno del mundo, y su mánager, Patricio Apey (53), un chileno.

El viñamarino es considerado uno de los hombres más influyentes dentro del mundo del tenis, aunque no tan conocido en Chile. El staff del alemán gira en torno al chileno desde 2012. Es él quien lo ha guiado en su exitosa irrupción en el circuito ATP, donde, además, ya ha conseguido tres torneos Masters 1000 a sus 21 años. "Fue el primer jugador en mi vida en el cual invertí dinero y el primero que firmé sin verlo jugar. Lo miré a él y ya medía casi dos metros con 15 años. Y dije: 'si no funciona lo del tenis, vamos a ir rumbo al modelaje", señala entre risas el agente.

El empresario nacional saca cuentas alegres desde su escritorio en la capital del Reino Unido, ya finalizada la mejor temporada de Zverev, quien solo es superado en el ranking planetario por Djokovic, Nadal y Federer. "Evidentemente, los que están con más edad van a bajar un poco y los más jóvenes ya están ahí. Y Sascha está en primera línea", explica con optimismo.

A pesar de esa convicción, sabe que todavía no hay fecha de vencimiento para los tres primeros. "Uno pensaba hace dos o tres años que Roger Federer estaba en lo último y ya ha ganado dos o tres grand slams más. Nadal, también con sus lesiones, sigue ganando. Y Djokovic, a pesar de su lesión, está número uno del mundo".

La ilusión es grande, eso sí, porque Zverev exhibe mejores números que los que tenía Federer a su edad. "Esas estadísticas también las he hecho en varias negociaciones, pero es mucho decir que va a ser mejor que este o el otro. Ha hecho cosas parecidas a Djokovic, Murray y Roger, o mejor que Roger, pero los otros también lo han hecho. De ser número uno, está ahí cerca. Este verano, si le hubiese ido mejor en Toronto, Cincinnati y el US Open, podría haber estado peleando el uno, pero Djokovic se vino fuerte", matiza.

Apey, radicado hace 26 años en Europa, dirige la agencia Ace Group, que organiza eventos deportivos y representa a jugadores. También a otra figura de la denominada Next Gen, el griego Stefano Tsitsipas (15º). Y antes manejó a ilustres top ten como Guillermo Coria, Gastón Gaudio, Fernando González y Andy Murray. De hecho, por su trabajo con el británico se hizo conocido como "el hombre que guió a Murray al top mundial". Él, con un grado de modestia, ocupa una metáfora: "Es más el indio que la flecha. No es porque yo los toco que son buenos. He tenido la suerte de trabajar con jugadores fabulosos. Andy lo tenía difícil, porque en este país, antes de él, la gente se reía del tenis británico".

Apey estuvo durante cinco años con Murray, en una época donde debía hacerse cargo de la presión de llevar a lo alto, nuevamente, al tenis de su país: "Tenía que darles las gracias a Tim Henman y Greg Rusedski, que hicieron el escenario del tenis británico más grande de lo que fue en los 50 años antes de él. Luego con Sascha también tuve una conversación muy parecida: tiene que darles las gracias a Roger, Rafa y Novak por hacer el escenario del tenis mundial más grande que nunca. Y él está ahí para aprovecharlo".

Hoy, hay dos chilenos en el top 100 y ambos de la misma generación que la de su pupilo estrella. El mánager celebra esta coincidencia. "A Jarry no lo conozco. Lo he visto jugar, es muy profesional, tiene un buen entorno, buen equipo y sigue haciendo las cosas bien. Está metido, a punto de meterse a los más grandes", parte diciendo. Para luego continuar: "A Garin lo conocí hace mucho tiempo, de hecho, le ganó a Sascha en la final de Roland Garros 2013 y, entonces, en mi opinión, no pasa por casualidad, pasa porque son buenos. Cuando hay dos, a veces se ayudan el uno a otro, en trabajar más. Y ojalá que eso pase, porque los momentos que se vivieron con Massú, González y Ríos en el país fueron bastante buenos".

Siguiendo en la línea de las metáforas, Apey hace una particular comparación. "Los tenistas son como el vino. Todos los años hay vino, pero en diferentes años, de vez en cuando, sale un vino fabuloso, top. Y la última vez que salieron vinos buenos fueron los años 85, 86 y 87. Estamos hablando de Del Potro, Nadal, Djokovic, Murray y Cilic. Luego, la generación que pasó después de ellos, Raonic y Nishikori... no hay muchas cosas que hayan hecho. Ahora, el vino del año 96, 97 y 98 es buenísimo, estos sí que son buenos. Jarry y Garín son de esta misma edad. Estos se vienen fuertes. Entonces, yo creo que va a ver un cambio en estos próximos años que vienen. Y el que trabaja más, va a estar ahí, porque el margen de ser bueno o malo a esta altura es muy poco. Y los que trabajan más, son los que más rinden", vaticina el chileno que maneja a la joven joya del tenis mundial.