Vuelve la Champions League. Y lo hace con los duelos de verdad, los ida y vuelta de las rondas definitorias, comenzando esta semana con los octavos de final del certamen de clubes más importante del mundo.
El sorteo de diciembre determinó cruces muy interesantes para esta primera ronda de eliminación directa: Chelsea y Barcelona darán vida a una de las llaves más atractivas. Habrá duelo de chilenos en el choque entre el Bayern y el Besiktas. Pronóstico reservado para los cruces Juventus-Tottenham, Porto-Liverpool y Shakhtar-Roma. Y favoritismo para los equipos de Manchester en sus choques, con el embalado City ante el Basilea y el United de Alexis frente al Sevilla.
Sin embargo, hay un duelo que se roba la atención. El miércoles, el Real Madrid recibe en el Santiago Bernabéu al PSG, en un choque de trenes que debería sacar chispas y que dejará a su ganador con el cartel de consolidado favorito para levantar la orejona.
No sólo se enfrentan dos planteles plagados de estrellas con chapa de candidatos. Se trata también de un duelo de distintas maneras de entender lo que significa un equipo de fútbol, más allá de lo que pasa en la cancha. Por un lado la tradición inmensa del Real Madrid, actual bicampeón del torneo. Al frente, el hambre del nuevo rico del fútbol mundial, el PSG y su proyecto millonario, financiado por los capitales árabes que quieren socavar los tradicionales equilibrios del fútbol mundial.
Ganador de tres de las últimas cuatro Champions, el Madrid llega a este duelo de octavos con la necesidad de salvar la temporada con su torneo fetiche. Eliminado de la Copa del Rey y a kilométricos 17 puntos del líder Barcelona en la Liga, el equipo de Zidane sabe que ante el PSG se juega mucho más que una eliminatoria. A los tumbos en el plano local (aunque este sábado reverdeció laureles goleando a la Real Sociedad con hat-trick incluido de Cristiano), los merengues deberán recuperar el nervio competitivo ante su rival galo si quieren pasar de ronda.
En París, en tanto, todo es ansiedad en la previa. Partiendo por Neymar, quien llegó a Francia con la idea de pelear el Balón de Oro lejos de la sombra de Messi. Para ese objetivo es vital cumplir una gran actuación en la Champions. Y el azar determinó que la primera prueba de fuego llegara muy pronto, recién en octavos de final.
En el frente interno, el PSG camina a tranco seguro a un nuevo título en la Ligue 1, pero el interés real, y en especial el de sus millonarios dueños, está puesto en lo que ocurra el miércoles en el Bernabéu. Veremos si los hombres de Unai Emery están a la altura y demuestran que tienen el carácter y la calidad para dar el gran salto en Europa.